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INTRODUCCIÓN:
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Durante la última década del siglo XIX y las tres
primeras décadas del siglo XX, la
actividad marítima constituyó uno de los hechos más
sobresalientes en la historia del desarrollo de Baja California Sur. El faro
viejo de Cabo Falso representa el único testimonio de esa época, y es el
máximo icono de la historia de la navegación en nuestro estado.
Los faros son construcciones que evocan imágenes románticas en nuestra mente:
tormentas violentas, combates navales, piratas y marineros valerosos, noches de
misterio y citas amorosas entre la niebla.
Son una fuente de inspiración para los poetas y
escritores, y un recurso inagotable para los fotógrafos,
pintores y cineastas.
En algunos países con vocación Náutica como Francia, Italia, España,
Holanda, Canadá, Estados Unidos, Argentina, Chile, etc.
Los faros antiguos son objeto de verdadero culto.
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Ejemplos de valorización patrimonial de los faros antiguos
son los siguientes:
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Los faros de Nueva Escocia en Canadá
: quienes establecieron 8 normas de restauración.
El parque nacional Juan Rodríguez Cabrillo:
Situado
en la costa del Pacífico en Estados Unidos,
este parque fue establecido en torno al faro y es
un ejemplo notable de manejo de un área natural y cultural protegida que
podría replicarse perfectamente en Cabo Falso.
Los faros del Estrecho de Magallanes
:
Estos faros son contemporáneos del faro viejo y con un parecido
arquitectónico sorprendente. El más antiguo de ellos es el faro "posesión"
construido en 1891
He descubierto que existen en el mundo algunos faros que ostentan el nombre
de “faro del fin del mundo”, como el Byron Bay en Australia,
el de la Isla de los Estados en Tierra de Fuego, Argentina, el del Cabo de
Buena Esperanza en Sudáfrica y, por supuesto,
El Faro viejo de Cabo Falso, en Baja California Sur. De todos ellos, es
tal vez este último, el que más merezca tal nominación, como veremos
mas adelante.
Sin embargo, en Cabo San Lucas este inmueble yace en ruinas, menospreciado,
ante la ignorancia e indiferencia de sus habitantes y autoridades. El
estado en que se encuentra, demuestra el deterioro cultural y la pérdida de
identidad que han sufrido los Cabeños
debido en gran parte a la influencia
ejercida por el turismo extranjero y la inmigración masiva desde el macizo
continental.
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Así luce el faro de Byron
Bay, Australia |
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Así el faro de Cabo Falso,
Cabo San Lucas, México |
Es claro que no nos interesa proteger
algo que no conocemos. Este humilde trabajo es una compilación de datos y citas
en relación con el faro
de Cabo Falso y pretende contribuir con cualquier
acción que se emprenda con un fin educativo, precisar
información o divulgar la historia e importancia del Faro Viejo.
En las siguientes líneas revisaremos la importancia
geográfica, histórica, económica, arquitectónica, cultural y turística de
este Faro y trataremos de establecer porqué no debe pasar
inadvertido para ningún Sudcaliforniano.
Generalidades sobre los faros:
Desde los mismos albores
de la navegación, surgió la necesidad de los marineros de contar con un punto de
referencia en la costa, así como algo que les advirtiera de fondos peligrosos y
de rocas. Entonces comenzaron a señalizar de diferentes formas, con simples
cruces, banderas, señales de humo o de fuego en las noches.
Los egipcios construyeron el faro más antiguo del que se tenga conocimiento,
El Faro de Alejandría. Construido por Ptolomeo II, en el siglo III a.C.
Este rey quería que se divisara desde la mas profunda lejanía, por eso constaba
de 120 metros de altura. En lo mas alto se colocaron espejos metálicos que
reflejaban la luz del sol y una vez que se hacia de noche se encendían
antorchas con fuego custodiadas por sacerdotes. La ubicación exacta de esta
torre era una minúscula isla de Alejandría llamada Pharos. De ahí viene
el nombre dado a estas torres con luz en su parte superior.
Esta maravilla de la arquitectura Egipcia se derrumbó en el
año 1302 por un terremoto.
A partir del siglo XVI se edificaron faros en las costas de todo el
mundo. El faro mas antiguo que existe en la actualidad es
La Torre de Hércules en La Coruña, España, construido por los
romanos en el siglo XVI, el cual todavía está en funcionamiento después
de una serie de restauraciones.
Las alarmas para niebla han sido cañones, silbatos, sirenas, trompetas,
campanas, etc. Hoy día se utilizan los radios y radares.
Como combustibles de las linternas se utilizaba el aceite de ballena, después
el aceite vegetal y a partir de 1870 los derivados del petróleo. En
México se empezó a utilizar la electricidad para los faros a partir de 1940. El
faro viejo funcionó siempre con keroseno o petróleo.
En nuestro continente, el primer faro construido fue el de Veracruz y el más
antiguo en operación que existe es el de Boston en Litl le
Brewster Island en 1716. Este faro fue destruido por los ingleses, siendo
reconstruido en 1784.
Los faros han inspirado hermosas historias como “el faro del
fin del mundo” que es la obra menos conocida de Julio Verne, la película
“corazón de Cristal” de Werner Herzog, o “la isla de la pasión” de Emilio
"el indio" Fernández.
En general, se presentan dos tipos de construcción de faros: las construidas en
tierra firme y las erigidas en el mar. Las primeras constan de la torre que
alberga el faro y de varias dependencias anexas, incluidas las destinadas a
viviendas de los torreros y a alojar los equipos de sirena y radio. Las segundas
encierran todo lo antedicho dentro de la misma torre.
Regularmente, la estructura de todos los faros es la misma.
En la base se encuentra la entrada y una escalera de caracol que conduce a la
cámara de señales y servicios.
Sin embargo, han existido algunos faros legendarios muy diferentes en su
estructura como el Coloso de Rhodas y la Estatua de la Libertad.
La tecnología actual ha dado a los faros una autonomía casi
total con las foto celdas y la energía solar, haciendo de los guardafaros un
oficio innecesario y los faros habitados una cosa del pasado.
Aspectos Geográficos:
Un
cabo se define en el diccionario como una porción de la costa o lengua de tierra
que penetra en el mar.
La costa de San Lucas tiene dos
cabos importantes:
El primero es el Cabo de San Lucas, que es un
promontorio acantilado que remata al sureste con el famoso arco de piedra.
El segundo es Cabo Falso, un acantilado rocoso de 15 metros de altura y
que en sus inmediaciones se levanta un cerro cónico de dos puntas
llamadas Las Hermanas o Cerro del Rodadero, con 212 metros
de altitud. Simplemente por su ubicación, Cabo Falso es un punto geográfico
que no podemos ignorar.
Es el extremo más al sur de la península y marca también el límite
de las dos costas de la península de Baja California: el Océano Pacifico y el
Golfo de California. Para los navegantes, Cabo Falso es el punto de transición
entre uno y otro mar.
Cabo Falso se ubica en las coordenadas 22º 52’17’’N y 109º
57’45’’W. El cabo del arco se ubica a los 22°52’35 N y 109°53’35’’W. a 18’’ mas
a norte de Cabo Falso y a 7.33 kms de distancia en línea recta este - noreste
uno de otro.
Es por lo tanto,
Cabo Falso, el verdadero
Finisterra, y no el famoso arco de piedra como la
mercadotecnia y los promociónales turísticos han hecho creer a mucha gente.
En su libro “El otro
México”, Fernando Jordán hace mención al respecto:
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“Los geógrafos han llamado finis terrae
a las extremidades de muchas
penínsulas, pero en realidad, es en Baja California donde se
encuentra
el único finis terrae del mundo. Después de Cabo San Lucas, o
más
exactamente, después de Cabo Falso, la península no tiene
continuación alguna, Kamchatka se prolonga por las islas
Buriles,
Malasia por las islas Holandesas y Alaska por las islas
Aleutianas.
Pero Baja California no se prolonga en parte
alguna”. |
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Situándose en este acantilado frente al mar, no habrá más
tierra peninsular o islas californianas ni al este ni al oeste. Si navegáramos
en línea recta hacia el sur, no se encontrará tierra alguna hasta tocar el
continente de la antártica que rodea al polo sur.
Fue
precisamente, esta ubicación geográfica lo que le da la
posibilidad de ser visto desde lejos de varios puntos cardinales desde el mar.
Por eso es que fue seleccionado este lugar, para instalar el primer faro
que a la postre serviría para auxiliar la actividad marítima y el desarrollo
económico de BCS.
Toponimia:
Cuando y porqué se empezó a llamarle
“Cabo Falso” a este punto de la costa, es una incógnita difícil de resolver.
Autores de diversos géneros literarios así como las versiones
tradicionales locales plantean diferentes hipótesis sobre el tema.
La guía turística mundial mas
prestigiada del mundo “Lonely Planet”
menciona que se le llamó así porque “alguna vez se pensó que era el punto
más austral de la península”. Hoy sabemos que en realidad sí lo es.
Algunos viejos pescadores de la
zona mencionan que se le llamaba así porque al navegar por la costa del
Pacifico de norte a sur, daba la impresión que al doblar ese Cabo se
entraría en la bahía de San Lucas cuando en realidad debía navegarse
hacia el este hasta doblar el otro cabo. Esta versión parece más lógica y
acertada.
Otra hipótesis aceptable es la
siguiente: después del regreso de la expedición de Francisco de ortega en 1632,
el capellán y vicario Diego de la Nava se refiere al Cabo como “Cabo del
Engaño”.
««
y llegando a la dicha bahía de San Bernabé, vimos en ella las señas que
comúnmente se ponen en los mapas, que son unas peñas partidas o raxadas,
arqueadas, y el cabo della parece ser el que se llama del Engaño que está en 23
grados a la vanda del norte »».
De la Nava pudo haberle llamado así por dos razones: por el engaño en que cayó
el galeón Santa Ana cuando fue saqueada por el Inglés Thomas Cavendish en
este lugar, o por un error cartográfico y lo haya confundido con el Cabo del
Engaño bautizado así por Francisco de Ulloa y que corresponde a la actual Punta
Eugenia frente a la isla de Cedros. Como quiera que sea, si este nombre
perduró, con el tiempo debió sufrir la distorsión de “cabo del engaño” a “cabo
falso”.
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Hace trescientos años |
que escribo un nombre en tus arenas, |
hace trescientos años, |
tenacidad suicida, |
pasto para las olas. |
Y no fui yo |
quien sobrevivió a la hambruna |
comiendo sus propias heces. |
Yo no te llamé Tarsis, |
California, |
Calafia, |
Malpaís, La Antigua, |
Norte y Sur, La Baja. |
No, yo cambié la enmohecida espada |
Por un vaso de cerveza. |
Hace trescientos años… y no dudé |
¿ que mas puedo decir de la magnitud
de mi fracaso? |
Si al menos el mangle pensativo, |
inquisidor de la marisma, |
no me hubiera visto quemar mis naves |
ni fuera toda mi escafandra |
sucio aliento europeo… |
|
-Rubén Rivera, Marina- |
Del libro:
“Sudcalifornia: El Rostro
de una Identidad”
Castellanos editores, México 2003.
Dra. Lorella Castorena Davis. |
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Para conocer la historia del faro viejo y entender su importancia, es preciso
conocer la historia de la navegación en esta zona, e irse muy atrás en el
tiempo, mucho tiempo antes de su construcción. Desde que los faros fueron
necesarios aunque no existieran en nuestras costas, al menos no como los
conocemos ahora.
Y hablar de navegación y hablar de la historia de Los Cabos es casi lo mismo.
Desde antes de la llegada de los españoles a nuestra península, Los pericúes,
que eran el grupo indígena que predominaba en el sur de la península,
practicaban ya cierta navegación y pesca rudimentarias como escribió el
misionero Miguel Del Barco:
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"En las llanuras que
hay sobre los cerros o prominencias, nace un arbolito
de poca rama cuyo tronco llega a tener de grueso ocho dedos o diez de
diámetro; algunos son muy gruesos pero de estos hay pocos fuera del
sur, en donde crecen más. A este le llaman corcho porque
su madera seca es tan ligera como el corcho (…).
Los indios del sur hacen sus balsas de estos palos
que tengan cosa de dos varas y media de largo.
Todo su artificio se reduce a juntar cinco palos, pero de tal suerte que
el que va en medio sea más largo que los laterales, con
lo cual forma una especie de proa. Por medio de
unas estacas de dos puntas, que clavan en
los palos, juntan unos con otros; y para más seguridad,
los afianzan más con cordeles. Tal vez hacen balsas
mayores; esto es, de siete palos, y también de
solo tres, para un hombre solo. Estas balsas las
hacen para pescar; sobre ellas se ponen y se apartan a
veces de la playa por gran trecho, acaso de una legua o
más, según hallan el
pescado que prenden con fisga o arpón".
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Sabemos incluso, que algunas tribus de este grupo habitaban
las islas Cerralvo, Espíritu Santo y San José, trasladándose a tierra firme
frecuentemente en estas balsas.
Yenecamú, como llamaban los pericúes al sur de la
península, fue descubierto por los expedicionarios de Fernando Cortés durante
su viaje a Baja California en 1535. Como se refleja el mapa que acompaña
el acta de posesión de Cortés en Santa Cruz (La Paz) el 3 de mayo de aquel año,
se adquirieron conocimientos detallados de la región del cabo, la cual
coincidió muy bien con la descripción dada en Las Sergas de Esplandián.
“A la diestra mano de
las indias hubo una isla, llamada California, muy |
llegada a la parte
del paraíso terrenal…. La ínsula,
en sí la mas fuerte de |
riscos y bravas peñas
que en el mundo se hallaba” |
Después del fracaso de la colonia fundada por Cortés en
Santa Cruz en 1537, mandó a su ex teniente Francisco de Ulloa a explorar la
región entera. Zarpando de Acapulco el 8 de Julio de 1539, Ulloa alcanzó la
desembocadura del Río Colorado y volvió hacia el sur por la costa californiana,
llegando a la punta de la California el 4 de noviembre.
Tres días después continuó al norte por la costa del
pacifico, alcanzando la isla de cedros el 5 de abril de 1540, confirmando así
la peninsularidad de California. Aunque la expedición de Ulloa fue la
segunda en reconocer Cabo San Lucas, la finisterra permaneció sin nombre al
igual que la península.
Parece que entre el regreso de los expedicionarios de Ulloa y
la salida de Juan Rodríguez Cabrillo, de Navidad el 27 de junio de 1542, la
toponimia de San Lucas había sido ya, aplicada al Cabo. La expedición de
Cabrillo alcanzó el cabo el 3 de Julio de 1542 y permaneció fondeada en
el puerto de San Lucas por tres días, continuando después su derrota al norte
hasta Óregon.
Debido a la muerte de Cabrillo en el Norte y otras
tragedias en su expedición, el interés en la exploración del océano Pacifico
fue desviado a las islas filipinas por la reciente ocupación española a
cargo de Miguel López de Legazpi, y con ella la muy deseada entrada al comercio
del oriente.
En 1565, a bordo del galeón San Pablo, el fraile agustino fray Andrés de
Urdaneta (el fraile de hierro) asistido por el piloto Esteban Rodríguez
descubrieron la ruta de regreso a la nueva España aprovechando los vientos
elíseos y una corriente marina llamada Kurosivo por los japoneses, que le
permitió alcanzar la costa de California a la altura de cabo mendocino, después
de 118 días de navegación alcanzaron la punta de la California el 26
de septiembre. La derrota de Cabo San Lucas a Acapulco que era el destino
final, ya era conocida.
Este suceso puso otra vez a la California en la mente de los
españoles.
Esta ruta estableció un valioso comercio entre nueva España y el oriente que se
practicaría durante dos siglos y medio. Los galeones partían de Acapulco con
cargas de plata en barras, chiles, y diversos minerales, además de artefactos
europeos. De regreso transportaban valiosas cargas de seda, porcelanas,
alfombras persas, lacas chinas y oro.
En
1578, el corsario ingles Francis Drake, entro a la costa del pacifico,
siguiendo la ruta de Fernando de Magallanes, atacando la costa sudamericana y
saqueando el puerto de Huatulco (Oaxaca). Continuando hacia el norte y pasando
fuera de Cabo San Lucas llegó al norte de Monterey en el verano de 1579.
Después de carenar su navío, Drake volvió al cabo de Buena Esperanza sin más
incidentes, pero sus conocimientos del comercio español en el pacifico le quito
su principal sistema de defensa: el secreto.
Debido al peligro potencial de un ataque al galeón, ya que además de Drake, se
había reportado la llegada de piratas holandeses llamados por los españoles
“los Pichilingues”, como Mahu, Von Noort, Spilbergen, y probablemente mas
corsarios de otros países, el rey Felipe II mandó a Francisco Gali en 1584 a
explorar las costas californianas en busca de un puerto de refugio.
Sin éxito y con la muerte repentina de Gali, Pedro de Unamuno en una
segunda expedición partió de filipinas llegando a la región de monterey y
prosiguiendo hacia el sur entró en una niebla espesa y pasó de largo en Cabo
San Lucas, en Mazatlán recibió noticias de naves inglesas por lo que continuó
directo a Acapulco.
Aunque las nieblas protegieron a Unamuno, el Galeon de Santa Ana, no gozó de
tanta suerte.
Zarpando de Plymouth en Julio de 1586, Thomas de Cavendish, habia entrado al
pacifico por el estrecho de Magallanes en 1587 y subió por la costa
sudamericana atacando los puertos y buques españoles. El 24 de octubre a bordo
del Content y el Desire, llegó al puerto de Cabo San Lucas para esperar al
galeón.
El 14 de Noviembre, el Santa Ana bajo el mando de Sebastián Rodríguez Cermeño,
alcanzó Cabo San Lucas. El desiré y el Content atacaron el navío cuando
dobló el cabo, y por falta de artillería fue obligado a rendirse. Después de
haber transferido el botín, de ahorcar al padre Juan de Almendariz, y de poner
a los españoles en tierra, los ingleses prendieron fuego al galeón y se
marcharon. Alzola, Cermeño y los demás supervivientes consiguieron salvar el
casco y después de reparar el velamen, el 21 de Diciembre continuaron para
Nueva España.
El desastre del Santa Ana, demostró la necesidad urgente de un puerto de
refugio para el galeón. El capitán Sebastián Vizcaíno se encargó de la
siguiente exploración, e intentando explotar los mantos perlíferos y la
colonización de la costa peninsular, el 3 de Septiembre de 1596, Vizcaíno
alcanzó Cabo San Lucas permaneciendo durante siete días y describiendo la
región y sus habitantes.
El 13 de septiembre llegó a la bahía de Santa Cruz siendo recibido
por un grupo de guaicuras pacificos por lo que rebautizó a la bahía y la nueva
colonia como La Paz. Después de algunos meses de mala fortuna, Vizcaíno
emprende el regreso a la Nueva España pero proponiendo un nuevo viaje a la
California.
En este viaje, Vizcaíno describe a Cabo San Lucas así:
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“La tierra es
arenisca, cálida, en extremo áspera y muy doblada.
Arboleda, río, ni fuente no hay alguna, porque, como todo es
arena, las lluvias se embeben en ella y vienen por debajo de la
tierra a desfilarse en la mar (…) Los animales que hay
son venados muy grandes, liebres y conejos
muchísimos; las aves son faisanes pequeños,
perdices, cuervos, gaviotas y alcatraces. Las
montañas son peladas y en el monte no hay
sino espinos y pitahayas y otros arbolillos sin fruta”. |
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5 de Mayo de 1602 emprende el regreso a la península con
la misión y el único fin de demarcar con precisión la costa de California desde
Cabo San Lucas hasta Cabo Mendocino. Vizcaíno llaga a Cabo San Lucas el 15 de
Junio donde permanece hasta el 5 de Julio debido a vientos contrarios.
Esta demora le permite a Vizcaíno y al cosmógrafo Gerónimo Martín Palacios
elaborar el primer plano detallado de Cabo San Lucas.
Fray Antonio expuso los valores de California y recomendó la
colonización de la península con el establecimiento de una misión carmelita
conjuntamente con un pueblo civil en Cabo San Lucas.
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La primera población se puede hacer en el cabo de San Lucas y
punta de California, que es
puesto acomodado y mas cercano, pues desde las
islas de Mazatlán hasta allí hay 50 leguas de travesía deste mar roxo:
está allí una buena bahía que haze buen puerto, y hay
allí muchos yndios pacíficos y mansos: dos
lagunas, una de mui buena agua dulce otra de
salada, donde entra el agua de la mar quando hay tormenta
y del sueste(…) en esta bahia
hay infinito género de peces muy buenos y sanos, y
muchos ostiones de perlas ricas que los yndios las bucean
con facilidad: en la punta que hace la tierra sobre el
mar se puede fabricar una muy buena fuerza para
defensa y amparo de aquel puesto, y de los que
allí se congregaren: aquí puede ser la plaza
de armas y el puesto donde ha de ser
el principal trato y comunicación”. |
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Aunque las sugerencias de Fray Antonio no fueron
aceptadas, continuaron las expediciones de pesca de perlas al golfo y de 1632 a
1636 Francisco de Ortega exploró desde Cabo San Lucas hasta la isla de San
Lorenzo.
A pesar de los esfuerzos de tantos expertos navegantes, la
península permanecía sin colonizar, y como último esfuerzo se emitió una
real cedula para establecer una misión peninsular por la compañía de Jesús.
Desde 1683 hasta 1685 el almirante Isidro de Atondo y el
padre Eusebio Kino, sostuvieron la misión de San Bruno y exploraron la sierra
de la giganta, incluyendo una expedición hasta el litoral del pacifico en busca
de un puerto de escala para el Galeón en bahía Magdalena.
Por problemas de abastecimiento San Bruno fue abandonado
pero sirvió de respaldo para la misión permanente que establecería en Loreto el
padre Salvatierra, dando un nuevo ímpetu a la expansión de las misiones y la
búsqueda de un puerto de refugio para el galeón.
Aunque el movimiento de las misiones hacia el sur de la
península fue lento, la región de Cabo San Lucas permaneció como un sitio de
importancia para los ingleses quienes esperaban repetir la hazaña de Cavendish.
En 1709 Woodes Rogers entró a Cabo San Lucas a bordo de el
"Duque" y el
"Duches" y tomó el galeón de
"Nuestra Señora de La Encarnación" y el "Desengaño",
pero fue rechazado cuatro días después por el "Begonia".
Al salir de San Lucas, Rogers hizo las primeras descripciones extranjeras del
lugar y su gente, muy detalladas por lo que se consideran un aporte etnológico
muy valioso.
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“La
entrada al puerto se reconoce por cuatro rocas altas (…) las dos
más al oeste tienen la forma de panes de azúcar. La mas interior tiene
un arco como un
puente, por el cual pasa la mar” |
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Otro corsario inglés que llegó al cabo en 1721. George Shelvocke:
Complementó y corrigió estas descripciones:
“Los hombres son
altos, rectos y bien formados, tienen brazos muy grandes y cabello negro,
grueso y mal cuidado, que no alcanza los muslos como ha reportado un
navegante anterior en su viaje, ni apenas hasta los hombros. Las mujeres son
de una talla más pequeña, sus cabellos mas largos que los de los hombres y
en algunos casos casi cubren sus caras. Algunos de ambos sexos tienen buen
aspecto, aunque de un color mas oscuro que otros indios que he visto en
estos mares, siendo del color de cobre oscuro”.“… el
lector puede concluir razonablemente que no pueden ser mas salvajes. Pero
hay mucha diferencia entre lo que uno pensaría, a primera vista, de ellos y
lo que verdaderamente son: porque por todo lo que podía observar de su
comportamiento entre uno y otro y hacia nosotros, son dotados con toda la
humanidad imaginable, y puede que darían vergüenza a algunas naciones….
Porque durante toda nuestra estancia allá constantemente entre tantos
centenares de ellos, no percibimos mas que la perfecta armonía; cuando uno
de nosotros le regalaba algo comestible a uno de ellos en particular,
siempre lo dividía en tantas partes como gente había alrededor y normalmente
reservaba la parte mas pequeña para él…”
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A pesar de la llegada de tantos navegantes a esta bahía, Cabo San Lucas
permaneció despoblado principalmente debido a la falta de fondos y
misioneros jesuitas.
Con la construcción del primer barco en California, con madera californiana, la
balandra “El triunfo de la cruz”, por el padre Juan de Ugarte en 1719 y
la fundación de Nuestra Señora del Pilar de La Paz por Ugarte y los padres
Clemente Guillén y Jaime Bravo en noviembre de 1720, se inició la entrada a la
región del Cabo.
En un informe del padre Nicolás
Tamaral en 1730 sobre las misiones del sur, hace notar la necesidad de un
faro para el galeón de Manila:
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“hay ya cruces en
las rancherías, en la de Anikán,
Cabo San Lucas, pusimos una harto grande, que es una palma alta, encima del
cerro mas alto que forma el puerto de San Lucas, para que desde lejos pueda
ser vista por los navegantes filipinos”.
(Aquí se refería muy
probablemente al cerro del vigía) |
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Esta cruz podría considerarse un
precursor del faro, pero pasarían casi dos siglos antes de que Cabo San Lucas
contara con un faro de verdad.
En 1732, el galeón de Manila recibió permiso para hacer escala en la península
si era necesario. Por eso en 1734, Jerónimo Montero y su tripulación
destrozada por el escorbuto, fondearon a sotavento en Cabo San Lucas y los
pericúes avisaron al padre Tamaral quien los trasladó a San José donde
recibieron tratamiento. Además, Tamaral le proveyó al galeón cien
corderos y cerdos, cuarenta reses, frutas, verduras y aves de caza.
Quienes estaban demasiado enfermos para continuar el viaje se quedaron en la
misión hasta restablecerse y después enviados hacia Nueva España, vía La
Paz.
A pesar del éxito de este primer
abastecimiento del galeón después de casi dos siglos de navegación
transpacífica, San José fue destinada para tragedia. En 1734 ocurrió la
rebelión de los pericúes debido al cambio de estilo de vida impuesto por los
misioneros, principalmente por la prohibición de la poligamia, resultando en
los asesinatos de los padres Carranco y Tamaral.
La rebelión de los pericúes causó daños irreparables, la
intervención militar desde el macizo continental que produjo esta rebelión,
trajo nuevas enfermedades a los indígenas y para 1748 solo quedaba la sexta
parte de la población pericú.
Tras
la expulsión de los Jesuitas en 1767, y la disminución de la población indígena
en la península, los Franciscanos orientaron la expansión de la misiones
a la alta California y tras el desarrollo de Monterey en la alta
California, para 1793 ya ni el galeón de Manila llegaba a Cabo San Lucas.
Por si fueran pocas las epidemias y
rebeliones durante la época colonial, los principios nacionales de Los Cabos
fueron desastrosos. El 17 de febrero de 1822 el navío chileno
"Independencia"
bajo el mando de William Wilkinson llegó a Cabo San Lucas.
El "Independencia" y el "Araucano",
que habían procedido hacia Loreto bajo el mando de Robert Simpson, fueron
mandados a aguas mexicanas por el almirante Chileno Lord Thomas Cochrane,
bajo el pretexto de auxiliar a los insurgentes en las guerras de independencia.
En
Cabo San Lucas, Wilkinson, con las puertas de los cañones tapadas y la bandera
británica izada, encontró la goleta mexicana de abastecimiento "San Francisco
Javier", y al rendirse esta, izó la bandera chilena y la echó a pique.
Aquella noche los chilenos marcharon a San José del Cabo, donde saquearon y
quemaron el pueblo. Para evitar más daños, el 25 de Febrero, fray José Duró,
reunió a los residentes y proclamó la adhesión al plan de Iguala y la
independencia mexicana.
Aparentemente esta proclamación satisfizo a los chilenos que
partieron para Loreto donde el Araucano había encontrado bastante
resistencia de José Maria Mata y la tropa del presidio. El
episodio chileno terminó el 7 de marzo cuando ambos navíos tomaron provisiones
en Guaymas y zarparon para Guayaquil.
Con la promulgación de la constitución de 1824 que dio forma legal a la
república, la península vino a formar parte del territorio de las Californias.
Estas estarían regidas por un gobernador que residiría en la alta California,
auxiliado por un subgobernador con sede en Loreto. Este territorio lo
dividieron en cuatro municipios: Cabo San Lucas, Loreto, Santa Gertrudis y San
Pedro Mártir.
La amenaza de la invasión norteamericana a México,
se empezó a sentir en la provincia de California desde 1835, cuando el gobierno
del vecino país hacia intentos sobre la cesión de la bahía de San Francisco. En
1824 Daniel Webster somete a México e Inglaterra un plan de tres puntos:
-
1.-
Adquisición de California por los Estados Unidos.
-
2.-
Pago de las reclamaciones que los ciudadanos
norteamericanos presentan contra México
-
3.- Arreglo de la disputa de
límites en la región de Oregon.
Pero en 1845 James Knox Polk asume la presidencia de
la unión americana, envía a su comisionado John Slidell con
instrucciones de ofrecer la suma de 40 millones de dólares por la cesión de la
península, pero el enviado ni siquiera es recibido por las autoridades
nacionales.
Ante el fracaso de las propuestas de cesión pacifica, el
presidente Polk decide invadir el país en 1847 y en ese mismo año los puertos
de Mulegé, La Paz y San José del Cabo son atacadas por las escuadras de guerra
norteamericanas; pero solo la plaza de La Paz es entregada por el comandante
militar y político Francisco Palacios Miranda. Las otras dos fueron
defendidas heroicamente por patriotas de la talla de Manuel Pineda,
Vicente Mejía,
José Matías Romero, Jesús Avilés, Francisco Fierro,
Antonio Mijares,
Mauricio Castro, entre otros, que con ardor se aprestaron a la defensa.
Mientras estos hombres luchaban contra el enemigo, una
comisión de guerra busca ayuda en Sonora, una ayuda que no llegó porque
concluye la guerra con el tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado por ambos
países el 2 de febrero de 1848. Como resultado de las negociaciones
diplomáticas, Baja California siguió perteneciendo milagrosamente a la
soberanía de México.
La
invasión de la península por parte del aventurero William Walker
en 1853 fue otro intento más de separarla del país al lanzar en La Paz una
proclama en la cual se declara “presidente de la república de Sonora y Baja
California”, pero es atacado por Juan Manuel Pineda y ante la amenaza de la
avanzada del general Manuel Márquez de León, se retira de la plaza para
trasladarse al puerto de Ensenada. Después de hacer escala en San José del
Cabo, se dirige a San Quintín donde es atacado por Francisco Javier del
Castillo, para frustrar sus intenciones.
Siguiendo el orden cronológico de los sucesos peninsulares,
el 29 de Septiembre de 1865 se presentó en La Paz un barco de guerra francés
exigiendo adhesión al imperio de Maximiliano y puso la península bajo la
bandera de aquel régimen, pero el 12 de noviembre del mismo año fue rescatada
para la causa republicana por el pueblo californiano, encabezado por el Coronel
Clodomiro Cota.
El 6 de abril de 1866 ocurrió un dramático episodio histórico
en Cabo San Lucas, consistente en la captura del vapor mercante norteamericano,
el John L. Stephens, que navegaba con bandera del imperio de
Maximiliano, el cual traía de San Francisco un cargamento de armas y municiones
para los franceses en Mazatlán.
Esta acción causó admiración y entusiasmo entre los
republicanos que combatían a los franceses en Sinaloa.
Los hombres que más sobresalen
por su espíritu republicano contra el imperio de Maximiliano, son
Clodomiro Cota Márquez y el hijo preclaro de Baja California Sur,
Manuel Márquez de León, que participa también en la revolución de
Ayutla y la guerra de Reforma.
No menos importante es la participación del patriota
Ildefonso Green Ceseña, sanluqueño que toma parte activa en la misma
guerra de reforma que respalda el gobierno de Juárez y a muy avanzada edad
apoya con las armas la revolución constitucionalista.
Historia contemporánea del Faro
Viejo
Algo innegable y notable en el haber de la dictadura de Porfirio Díaz, es el
hecho que procuró y obtuvo un eficacísimo sistema de comunicaciones que ligó a
las poblaciones de la península con el exterior.
En 1876, extendió el servicio postal que corría desde Nueva Orleáns a
Minatitlán Veracruz, cruzándolo por tierra por el istmo de Tehuantepec a Salina
cruz Oaxaca y por el pacifico, hasta San Francisco Ca. Por medio de
los vapores “Correos del Pacífico”, “Vapores
de California y México” y “navegación acelerada en el golfo de
California”.
Para estos barcos de Vapor, la escala en Cabo San Lucas era Obligada.
En 1885 se fundaron varias compañías navieras que cubrían las rutas del
sureste: “Naviera Romano y Berreteaga”, la “Compañía
Mexicana de Navegación del Pacífico”, que operó de San Benito, Chiapas,
a San Francisco, California, con los vapores “José Ives Limantour”, “Benito
Juárez”, “Hidalgo”, “Herrerías”, “El Unión” (de Los Cabos), “Culiacán”, “Ramón
Corral”, y “Pesquerías”.
Las empresas que realizaban viajes a los puertos mexicanos del Pacifico eran:
Mala Acelerada del golfo de Cortés, Mala Inglesa, Compañía. De vapores
Trasatlántica, Mala Alemana, Compañía de las Indias Occidentales y Antonio
López.
También en 1885, se había instalado en Santa Rosalía, la compañía minera “El
Boleo”, a la que llevaban los cargueros de vapor, algo de
maquinaria y madera para construir casas desde Guaymas, San Francisco,
Monterey y San Diego. Esta compañía tenía sus propios
barcos, “los Korrigan”.
En la bahía de Pichilingue en La Paz, existía
desde 1866 una estación carbonera de la armada Norteamericana.
Los recursos naturales de las islas del mar de Cortés
estaban siendo explotados industrialmente, principalmente el guano de la isla
San Pedro Mártir y la sal de Isla del Carmen, por lo que los barcos
norteamericanos y japoneses transitaban constantemente por las costas del Cabo.
La pesca del tiburón y el atún se habían convertido en la
actividad principal para los habitantes de Cabo San Lucas y aún existían
algunas armadas de perleros. Vapores, goletas, bergantines, balandras y
canoas formaban parte del paisaje portuario de Cabo San Lucas.
Ante tal auge de actividad marítima en
las aguas del Pacífico, la necesidad de un sistema eficaz de señalización
se había convertido en un asunto urgente e impostergable.
Fue así como en 1896, la secretaria de
comunicaciones durante el gobierno de Porfirio Díaz, contrató al
ingeniero naval español,
Joaquín Palacios Gómez, para construir varios faros en las costas del
Pacifico. Uno de los primeros en construirse seria el de Cabo Falso.
Debido al éxito de la industria
minera en Santa Rosalía, la salinera en isla Del Carmen y la pesca y
producción de perla en La Paz; el desarrollo económico y la actividad
marítima se concentraban más en el golfo.
Sin embargo, los principios del siglo
XX fueron años tensos y agitados para la costa del Pacifico.
A partir de 1902, el cónsul mexicano en San Diego empezó a reportar la
salida de barcos de guerra norteamericanos con dirección de Baja California.
Concretamente a la Bahía de Magdalena. Se trataba de buques–escuela de la
armada norteamericana como el Adams y el Mohican, que acudían a
realizar prácticas de combate.
Pero no solo barcos norteamericanos
llegaban a Bahía Magdalena, sino también de nacionalidad inglesa. Por lo que el
21 de Marzo de ese mismo año, el cónsul de San Diego informó a la Secretaría de
Relaciones Exteriores a la vez que solicitaba instrucciones a fin de evitar que
se siguieran cometiendo estos atentados.
Para no adoptar una postura muy
radical, pues la marina norteamericana consideraba ya como suya esta bahía, y a
fin de ir restringiendo gradualmente estas visitas, exigió a los barcos
extranjeros que solicitaran los permisos correspondientes, en la inteligencia
que no se les negarían.
Además,
era necesario establecer una importante presencia mexicana en estas costas,
así que, ese mismo año, el ingeniero Joaquín Palacios fue enviado para
determinar un sitio estratégico para ese propósito, y en
noviembre de 1902 quedo listo el plano del faro de Cabo Falso.
El 10 de marzo de 1903, el Departamento
de Estado del gobierno norteamericano solicitó permiso para que una escuadra
compuesta por los barcos "New York", "Marblehead" y "Range",
hicieran sus prácticas habituales en Bahía Magdalena. Permiso que les fue
concedido por Porfirio Díaz.
Ante los continuos desmanes cometidos
por los tripulantes de estos barcos, el gobierno de México intervino
prohibiéndoles establecer cuarteles en tierra e izar banderas.
Pero como el gobierno norteamericano
mostraba cada día mas interés por asegurarse el uso de esta Bahía en forma
absoluta y permanente, considerándola necesaria para mantener su posición en el
Pacífico, entre otras razones para estar mas cerca de panamá, cuyo canal
interoceánico estaba entonces construyéndose, inició una insistente política
de presión sobre México para obtener su traspaso.
La construcción del faro de Cabo
Falso inició en 1904 y se
concluyó a principios de 1905. Para su inauguración se escogió una
fecha que todos los mexicanos la consideramos día de la defensa de
nuestra soberanía nacional: El 5 de mayo.
Irónicamente, la linterna que ese día
5 de mayo de 1905 emitió su primer destello, anunciando la presencia mexicana,
era de manufactura francesa.
The San Francisco Call
y otros periódicos de los Estados Unidos, anunciaban en sus ediciones del 18 de
noviembre de 1907 que se había cedido la Bahía de Magdalena a los Estados
Unidos como estación naval. En la misma fecha, el subsecretario de estado del
gabinete del presidente Roosevelt, confirmaba oficialmente la noticia.
Pero lo que se había obtenido, no fue
sino un permiso para dar en uso por el término de tres años, a partir del 1 de
Diciembre de 1907, para instalar ahí dos buques carboneros de 2500 toneladas
cada uno, a fin de surtir de carbón a los otros barcos que fueran a hacer
prácticas en ese lugar.
El 13 de marzo de 1908, 16 acorazados
norteamericanos de un tonelaje desde 11,500 a 16000, hicieron su entrada a
bahía Magdalena para hacer una gran demostración naval.
A partir de esa fecha un estruendo
ensordecedor, que se repitió noche y día y que prolongó su eco hasta la
lejana bahía de La Paz, se apoderó de bahía Magdalena. Los acorazados se
dedicaron a disparar sin cesar su artillería durante todo el tiempo que
permanecieron en esas aguas.
Al anochecer del último día, arribó el
cañonero nacional
"Tampico", encargado de hacer los cumplimientos de rigor a los visitantes,
pero afortunadamente, llegó tarde.
Antes de expirar el permiso
sobre Bahía Magdalena, México hizo gestiones para hacer desistir a los Estados
Unidos de toda idea de prorrogar el plazo concedido.
Durante el levantamiento popular
Maderista, la península no registró movimiento alguno, excepto un zafarrancho
en La Paz el 7 de Julio de 1911 y una manifestación de obreros del Boleo en
Santa Rosalía aprovechando la visita del vicepresidente Pino Suárez
en 1912.
Tras morir asesinados Madero y Pino
Suárez en Febrero de 1913, en Marzo de ese mismo año comienza en el sur de la
península un núcleo de resistencia contra la usurpación de
Victoriano Huerta, encabezados por el Sr.
Félix Ortega.
La revolución constitucionalista
termina en 1914, y culmina con una huelga de tipo revolucionaria
protagonizada por los obreros del Boleo y comandados por el mayor Eduardo
Burns, donde la soberbia compañía minera El Boleo se humilla por
primera vez ante sus obreros y concede todos los puntos petitorios.
La lucha armada termina para la
península en 1914, pero ese mismo año explota la primera guerra mundial.
El faro de cabo falso atestiguaría el
constante patrullaje de los barcos de guerra norteamericanos por la zona, y los
buques carboneros que entraban al golfo para abastecer o abastecerse de
la estación carbonera norteamericana que se encontraba en Pichilingue, Bahía
de La Paz.
Los barcos norteamericanos, además,
seguían entrando a bahía Magdalena. El 11 de enero de 1919 el capitán de puerto
de Magdalena comunicaba, por vía telegráfica, la entrada de tres submarinos y
el destructor norteamericano
"Beaver".
El 30 de marzo de 1920 encalló frente
a Puerto Cortés, en isla Margarita, un submarino de la armada norteamericana,
el H-11, muriendo el comandante y 8 tripulantes.
El interés norteamericano por Bahía
Magdalena no era exclusivamente naval, las tierras circundantes eran presa de
ilegal saqueo, a partir de la anexión de la alta California en 1848, los buques
mercantes de Estados Unidos comenzaron a frecuentar las aguas
Bajacalifornianas realizando actos de piratería, como la caza de ballenas,
nutrias, y protegiendo filibusteros que traficaban con la orchilla que se
producía en los llanos de Hiray.
A partir de 1915 los saqueos fueron
principalmente la almeja gigante que se cría en la isla de los manglares y los
yacimientos de magnesita en isla Margarita. Este mineral lo vendían a la
"Durostone Company" de San Diego California. Estos actos de
saqueo desaparecieron finalmente con la instalación de una base naval mexicana
en Puerto Cortés en isla Margarita en 1934.
En 1925 en Cabo San
Lucas, una compañía norteamericana empieza la explotación del atún,
realizando sus actividades por medio de una planta flotante.
En 1927, los hermanos Carlos y Luis Berstein
fundaron la Compañía de Productos Marinos S.A.; que luego se
integró a Empresas Rodríguez y después al grupo Elías Pando.
Para 1930, la aviación llega al
territorio sur de la península, con la primer pista aérea en San José del Cabo
para dar servicio al avión de la compañía petrolera norteamericana
Ritchield, que volaba de Los Ángeles a Tijuana, Ensenada, Santa Rosalía, La
Paz y San José del Cabo, para distribuir derivados del petróleo a lo largo de
la península.
Con la expropiación del petróleo en 1938 esta compañía dejó
de operar, pero las pistas establecidas servirían para dar paso a las rutas
aéreas comerciales como "Transmar de Cortés", "Aerolíneas Mineras
Mexicanas", "Aerovias Contreras" y "Aeronaves de México", las cuales
complementaban la comunicación marítima de la península con el exterior y,
consecuentemente, el inicio de la industria turística.
En 1949 la ley de fomento económico del territorio sur de
Baja California considera al turismo, en su artículo 5°, como necesario para el
desarrollo del territorio y promueve el establecimiento de hoteles y servicios
complementarios.
A partir de 1955, empresarios visionarios como
Abelardo L. Rodríguez (hijo del General Abelardo Rodríguez), y
Ernesto Coppola (vicepresidente de la línea aérea Transmar de Cortés),
fundaron hermosos hoteles como Hotel Palmilla que contaba con su propia
pista de aterrizaje y los hoteles Hacienda, y Finisterra que compartían
la antigua pista aérea de Cabo San Lucas.(**)
Estos personajes promocionaban sus hoteles ofreciendo la
excelente pesca y la belleza escénica de la zona de Los Cabos.
En 1955 empezaron a operar los barcos de la compañía
naviera
Transportes Marítimos Mexicanos, con importantísimas rutas: San
Francisco, Los Ángeles, San Diego, San José del Cabo, La Paz, Loreto, Mulegé,
Santa Rosalía, Guaymas y Mazatlán que además de transportar toda
variedad de mercancías, también traían turismo.
El turismo que era en su mayor parte norteamericano y en
menor proporción europeo, llegaba a la zona de los Cabos únicamente de dos
formas: por mar o por aire.
El faro de Cabo Falso le era tan útil al
turismo náutico como al aéreo. Pues mientras a los marineros les indicaba la
proximidad a la costa de Cabo San Lucas, para los pilotos aviadores era en el
día, un punto de referencia, y de noche la única luz que les advertía el
momento de empezar a bajar para aterrizar.
Los Cabos se convirtió pronto en el lugar favorito de los
ricos y famosos de Norteamérica, y figuras como el cantante Bing
Crosby, el actor John Wayne,
el astronauta Neil Armstrong, los escritores Steinbeck
y Hemingway, y los politicos Henry Kissinger y Eisenhower,
eran entre muchos otros, asiduos visitantes.
Dado el inminente cambio de vocación de Cabo San Lucas, de
puerto pesquero a puerto turístico, se acelera la construcción de la carretera
transpeninsular y se originan cambios con miras a ese nuevo tipo de desarrollo.
En 1967, el faro viejo deja de funcionar para ser
sustituido por un nuevo faro de torre hexagonal, pintada de bandas
horizontales rojas y blancas. Este nuevo faro se ubica a solo 1 Km. al
noreste del faro original, en la cima del cerro “las hermanas”.
A partir de 1973 se inicia el dragado de la laguna de
agua salada para convertirla en una gigantesca marina y construir hoteles a su
alrededor.
En 1974 se da como concluida la carretera
transpeninsular y desde entonces Los Cabos empieza a contar con un nuevo tipo
de turismo: el terrestre.
Ese mismo año se decreta al territorio
sur como estado libre y soberano.
En julio de ese mismo año se inaugura la ruta de
transbordadores de Puerto Vallarta a Cabo San Lucas.
En 1975 la empacadora de atún se traslada a
Puerto San Carlos por no ser compatible con la actividad Turística que
predominaba para entonces.
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A pesar de encontrarse en ruinas, el faro viejo siguió siendo útil al
pueblo de Cabo San Lucas ya que ha servido desde entonces como un atractivo
turístico. Algunas compañías, comenzaron a realizar recorridos en caballos o
motocicletas todo terreno hacia este lugar.
Lamentablemente, estos recorridos han sido la causa principal del deterioro del
Faro Viejo, ya que provocaron la erosión de la duna donde se ubica. A este
deterioro se unen los efectos climáticos y actos de vandalismo.
Los pseudos guías de estos recorridos nunca se preocuparon por practicar
medidas preventivas de conservación ni les transmitían a sus clientes el
valor histórico y arquitectónico de este faro; tal vez por ignorancia.
En mayo de 1986, el faro viejo fue incluido en el catalogo
nacional de monumentos históricos del INAH con la clave 0305029
y la ficha 0004.
En 1996, recibió su primera restauración en un esfuerzo de las tres
instancias de gobierno y la sociedad civil representadas por la asociación
Yenecamú A.C.
En 1999, la empresa American Express, donó 40,000 dólares para
efectuar una segunda restauración, se contrataron dos custodios y se
aseguró el inmueble por medio de la dirección de monumentos históricos del
INAH.
Se colocó un cerco perimetral para evitar el
ingreso de las motocicletas y tratar de detener la erosión de la duna.
Se anunció también con fanfarrias la creación de un museo
cartográfico en este lugar. Pero la verdad es que nunca ocurrió tal cosa.
En octubre de 2003, se hizo necesaria la reclamación del
seguro, debido al embate de los huracanes "Marti" y "Juliette" de ese
mismo año, en septiembre y octubre respectivamente.
Debido a su valor escénico, Cabo Falso fue escogido como
locación para filmar la película “Troya” en el 2003, se
contratan más de mil extras mexicanos y deja una derrama de 25 millones de
dólares para el estado.
Actualmente el faro se encuentra en un grado máximo de
deterioro, la erosión de la duna ha dejado prácticamente en el aire las orillas
del edificio, incluyendo la torre que está a punto de colapsar.
La utilidad del Faro Viejo consta en las bitácoras
de viajes legendarios como la expedición de Steinbeck en 1941 al mar de
Cortés, los viajes de los últimos balleneros como Charles Scammons
que después se convirtió en naturalista, y hasta en barcos extranjeros de la
primera y segunda guerra mundial, pero sobre todo, en los miles de viajes de
pescadores sanluqueños para quienes la aventura era algo cotidiano.
Probablemente, la mas emotiva narración y testimonio de la importancia
que tenia el faro viejo para los navegantes de este mar, sea la de la
novela-bitácora “la vagabunda encantada” de Dana y Ginger Lamb.
Una pareja que emprendió en 1930, un viaje épico en una canoa desde San Diego
California hasta el canal de panamá. Aquí cito un fragmento:
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“había marcado en el mapa, “Cabo San Lucas”con una cruz, donde se suponía había
un rincón turístico; justo antes de llegar, veríamos un faro. Una
tormenta nos había alejado de la costa, remábamos de noche y empezaba a tener
alucinaciones por el cansancio. Minutos antes, había visto un vaso de agua
balanceándose en la proa, miraba paquetes de mis cigarros favoritos y
objetos dobles en un plano horizontal. Eso me hizo parar de remar y descansé
para observar el mapa otra vez. Tallé mis ojos y sacudí la cabeza para
limpiar la vista y mi cerebro. Pero era inútil:
“donde está esa maldita luz”,
rogué desesperado.
Seguí remando un rato más. El mar se había calmado y observé otra vez sobre
la cubierta, esta vez vi a través de la niebla, no una, sino dos luces, una
arriba de la otra. Pensando que mis ojos jugaban conmigo otra vez, desperté a
Ginger:
-¿vez
una luz ahí?
-si,
veo dos luces, una sobre la otra.
-
No puede ser, solo hay un faro.
Ginger observó detenidamente por algunos minutos
y luego confirmó con tono paciente:
-La
luz de arriba permanece encendida y la de abajo está titilando.
Ella permaneció sentada en la proa, observando
mientras yo remaba en dirección de las luces. El cielo parecía aclararse
conforme nos aproximábamos, cuando de pronto, Ginger voltea hacia mí
emocionada:
-pero
claro, Dana, la luz de arriba es la luna.
-la
luz de abajo es el faro, puedo verlo centellear.
Gritamos alegres y nos dejamos caer abrazados en
la cubierta de la vagabunda. Después remé con nuevos bríos y desde la
oscuridad, pude ver con alivio, al disiparse la niebla, como se alzaba ante
nuestros ojos, el faro de Cabo Falso.
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“estoy
mirando a la distancia, hasta el fin del mundo, y antes de que acabe el día
llegará el final:
Primero se derrumba el tiempo y luego la tierra. Las
nubes se enfurecen, la tierra hierve después...
Esa es la señal, el
principio del fin.”
- predicción del guardián del fin del
mundo, en la película “corazón de cristal” de Werner Herzog- |
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SOBRE LOS CONSTRUCTORES
El proyectista, diseñador y ejecutor de la construcción del Faro de Cabo Falso
fue el Ingeniero Joaquín Palacios Gómez. Originario de Madrid,
España. Llegó a México con su esposa Petra Magro, originaria de
Argamasilla, España y sus hijos Joaquín y Roberto.
El Ingeniero Joaquín Palacios vino a México con su madre para apoyarla en una
disputa sobre una herencia.
Palacios Gómez, fue contratado durante el gobierno de Porfirio Díaz en la
Secretaria de Comunicaciones, en la que trabajaría durante 30 años, erigiendo
por todo el país distintas obras relacionadas con el transporte y la
comunicación. Sus obras mas relevantes son El Faro de Cabo Falso, por
supuesto., el puente de armadura, el cual aún se encuentra en funcionamiento, y
el faro de la oceánica Isla de La Pasión.
Alrededor de este último faro se tejió un drama de la vida real que,
Emilio “el Indio” Fernández, llevó al cine con la que seria su primer película;
“La Isla de La Pasión”.
Joaquín Palacios Gómez murió en México y sus restos descansan en
el Panteón español de la ciudad de México.
Su hijo, Joaquín Palacios Magro (1891 – 1978), lo acompañó a diferentes partes
de la república y a la edad de 14 años lo auxilió en la construcción del
Faro de Cabo Falso.
Después de trabajar algunos años como secretario particular de Don Benito Gómez
Farias, harto de los conflictos políticos en el centro de la república,
específicamente de la llamada “decena trágica”, cuando victoriano Huerta dio el
golpe de estado, que culminó con los asesinatos de Francisco I. Madero y el
vicepresidente Pino Suárez, llegó a Los Cabos en busca de paz en 1913
para trabajar como comerciante al lado de Don Arturo Canseco.
Aquí, Palacios Magro se casó con la cabeña Carmen
Avilés, procreando 8 hijos de reconocida probidad en la comunidad
cabeña.
Aunque Palacios Magro no volvió a inmiscuirse en la política, su conocimiento
sobre la mayor parte del país y su condición de “hombre de mundo” lo
hacían objeto de consulta por muchos cabeños ilustres y sus opiniones eran
valoradas por personas como como Félix Ortega, Pablo L. Martínez,
Jesús Castro Agúndez, y el Profesor Carlos R. Cortéz entre
otros, estableciendo una amistad personal con muchos de ellos.
Varios de sus hijos son notables políticos que han dejado huella en la historia
de Los Cabos. Palacios Magro se convirtió en un verdadero Cabeño y como tal,
sus restos descansan en el panteón de San José del Cabo, cerca de el faro de
su padre; en el fin de la tierra.
Para la familia Palacios, el faro viejo simboliza el inicio de la historia de
esta familia en la península.
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“cualquiera,
pues, que oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente,
que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque
estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que oye estas palabras y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu
contra aquella casa; y cayó; y fue grande su
ruina”..............................................-Mateo
7:24- |
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HISTORIA DE SU CONSTRUCCIÓN
Cuando leí ese pasaje bíblico “los dos cimientos” que Jesús
habló en el sermón del monte, pensé en el constructor del Faro Viejo:
¿Era Joaquín Palacios un hombre insensato? ¿Por qué construyó
el faro en esta duna?
Evidentemente, no lo era. La duración de más de un siglo de
esta edificación en un ambiente tan hostil, comprueba que no fue obra de una
imprudencia.
Realmente una duna no es la base mas sólida para erigir un
faro, pero este era precisamente el punto mas al sur de la costa y por lo tanto
un sitio estratégico, ya que desde ahí el faro podría ser visto de diferentes
puntos cardinales desde el mar.
Además esta duna se encontraba muy cercana a un manantial que
sería vital para la supervivencia de los guardafaros.
La crónica tradicional cuenta que el material de
construcción como tabiques, cal, escalera, linterna etc. llegó a Cabo San
Lucas en un Barco y se trasladó en burro por partes hasta Cabo
Falso. Se construyó un riel con vagones como los que se utilizaban en la minería
en ese tiempo, desde la cima del cerro “el rodadero” hasta el sitio de
construcción del faro para poder transportar el material a través de las dunas.
Una vez trasladado el material, Joaquín Palacios utilizó estos rieles en la
misma construcción.
Para darle solidez a sus cimientos, ancló a manera de
pilotes, estos rieles en la arena formando un armazón al que adhirió
las rocas formando la base que cimentaría los muros de la torre del faro y
sus anexos. Esos pilotes son lo que mantiene actualmente de pie al faro, después
de haberse erosionado la duna en un 40%.
Los rieles también fueron utilizados a manera de vigas para
sostener el tapanco de madera de cedro rojo que forma el balcón de la torre
donde se apoyaba la cámara de señales de la linterna y también para sostener el
techo de las dos cisternas con que cuenta el faro. Estas cisternas se llenaban
con agua de lluvia colectada por el techo y conducidas a través de una tubería
de acero. Este sistema proporcionaba una gran ventaja a los guardafaros el la
provisión de agua. La escalera de caracol así como la linterna eran
prefabricadas, y Joaquín Palacios tuvo que esperar su llegada para construir la
torre. La torre fue adaptada a la escalera de caracol y no al revés. Recordemos
que en esa época la soldadura no existía, las construcciones de metal eran para
ensamblarse y no podían ser remendadas. La paredes también fueron
construidas a partir de los marcos y vanos de las puertas y ventanas.
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La linterna del faro era para su tiempo lo más sofisticado
que existía en su tiempo. Funcionaba a base de petróleo con una mecha tubular
que mantenía una intensidad constante y no despedía hollín. La llama se
reflejaba en una lente Fresnel, o lente dióptrico, que era un disco de cristal
central rodeado de anillos de cristal concéntricos que disminuían gradualmente
en grosor a medida que se alejaban del centro. El mecanismo de la llama era
rotatorio y producía un destello en cada giro del marco.
La linterna era de manufactura y tecnología francesa y no
dudo que el gobierno de Porfirio Díaz haya utilizado las relaciones que tenia
con la compañía minera El Boleo para obtenerla.
El
plano del faro Cabo Falso fue elaborado en dos pedazos de tela de lino de 50 x
100 cms aproximadamente, se trata de un artístico trabajo con hermosos
trazos a carbón hechos por un dibujante llamado Juan de Dios López.
Tiene incluido dentro del mismo plano el cálculo de la torre o momentum de
estabilidad hecho por Joaquín Palacios y Está firmado por el inspector de
Puertos Sr. Ricardo Ortiz.
El plano fue milagrosamente recuperado por el Ingeniero Juan
Carlos Macfarland en 1976 quien trabajaba de residente de obras de puertos en
Mazatlán y quien llegó a platicar con el Sr. Lino Delgadillo, almacenista de
puertos, cuando se encontraba quemando archivos viejos en ese almacén.
Cuando Macfarland vio los planos, los salvó de ser quemados y los conservó como
una reliquia.
No fue sino hasta 1985 cuando fue enviado a Cabo San Lucas a
trabajar en obras de puerto, que fue invitado a cazar palomas en el cerro de
Cabo Falso y vio el faro viejo. Entonces supo que se trataba del faro del
plano.
El Sr. Macfarland ha conservado en excelentes
condiciones el plano y se muestra en buena
disposición de
donarlos al museo de Cabo San Lucas.
Descripción técnica constructiva (1926):
El faro viejo es una recatada muestra de un
tardío estilo neoclásico, influido por la revolución industrial, que se
caracterizaba, entre otros aspectos, por la inclusión del acero en distintas
partes de los edificios, de manera funcional u ornamental.
Es una edificación que consta de siete espacios a
manera de alcobas separadas por un pasillo central, el cual divide las áreas en
dos partes, además de la parte frontal, donde remata con la torre vigía de forma
octagonal que se orienta hacia el sur.
La cimentación es elaborada a base de piedra de arroyo, de
dimensiones regulares alrededor de 40 a 60 cm., incrustadas en pilotes de acero,
desplantado cobre plantilla de cal – arena. El desplante de la cimentación se
realizó de manera escalonada según la topografía del lugar, salvando las dunas
del lugar.
La edificación fue elaborada a base de tabique rojo recocido
en muros de dimensiones comunes 7x14x28 cm. Desplantados sobre una plancha
o plantilla de mezcla cal – arena.
En cuanto a la configuración de los muros del edificio,
carece de estructuras de soporte horizontal, así como vertical,
característico de la época, ya que por lo robusto de los muros y los claros
entre los mismos, era suficiente para poder soportar el peso propio y las cargas
vivas y muertas de la losa.
Los pisos interiores fueron elaborados sobre una base de
arena a la cual se le coló una plancha de compresión de concreto elaborado en
sitio, los escalones de la entrada tienen un acabado semi pulido.
El techo es de concreto armado y actúa como colector pluvial
para llenar dos cisternas que se ubican una a la entrada de los anexos y otra
bajo la misma torre. Esta novedosa característica, le da al edificio un valor
arquitectónico único en su tipo con relación a la época y al lugar de su
construcción.
La
torre fue construida con piedra y tabique, alcanza una altura de 10 mts 35 cms.
tiene forma octagonal en el exterior y cilíndrica en el interior, tiene
alojada en su interior una escalera helicoidal con 27 peldaños de hierro
vaciado, los pasamanos son de hierro dulce. Esta escalera se soporta en los
muros curvos de la torre y en su estructura con pernos y remaches. Obvia decir
que no tiene un solo punto de soldadura puesto que no existía en ese tiempo y
armoniza de manera artesanal y funcional con el resto del conjunto. Arriba
remata en un tapanco de tres metros de diámetro, fabricado con duela de
madera de cedro rojo donde se apoya la cámara de señales. El tapanco está
apoyado sobre unas vigas de acero las cuales están aseguradas por sus dos
extremos al muro de la torre, la cual tiene en su parte superior un área
perimetral a manera de balcón de 60 cms de ancho y rodeada por una balaustrada
deocho columnas de hierro fundido y dos hileras de hierro que corren paralelas y
horizontalmente alrededor de la mureta.
La escalera tiene tres descansos, el primero en la base, el
segundo en la cámara de servicio y el tercero en la mureta. La torre tiene dos
ventanas orientadas al sur y una al norte en cada uno de los descansos.
La
torre fue recubierta con mosaicos color rojo y las paredes de las
dependencias o anexos fueros pintadas con una lechada de cal y tierra roja. Las
molduras de las ventanas, cornisas y muretas de la torre fueron pintadas de
blanco con una lechada de cal sola.
La linterna era de forma cilíndrica de tres metros de
diámetro. El material de construcción fue hierro fundido con varilla de latón
para asegurar los cristales de las ventanas. En su interior contaba con una
cortina que cubría durante el día el perímetro interno. La cúpula de la torre
era de lámina de cobre, doble, de forma semiesférica y en su parte superior una
veleta y un pararrayos. La varilla del pararrayos era de bronce de 10 metros de
largo y con punta de platino. El conductor del pararrayos era un cable de tres
hilos de cobre de 15 mm unido por grapas especiales y enterrado en el suelo con
carbón vegetal.
El fabricante de la linterna fue el parisino Barbier
Benard Turenne.
El aparato de iluminación era un gran modelo que se
clasificaba como de tercer orden, de doble cara o bivalvo con un quemador en el
centro que podía ser de 3 o 4 mechas. El aparato completo giraba flotando sobre
mercurio a una revolución de 8 segundos y produciendo un destello cada 4
segundos al refractarse cada cara.
El tambor dióptrico o anillo central de la lente contaba con
13 prismas concéntricos.
La maquina de rotación funcionaba con cuerda y estaba
compuesta de varias ruedas dentadas con ejes horizontales y un regulador de
fuerza centrifuga y un cable de acero que corría paralelamente a la torre.
Es
importante hacer notar que si bien la volumetría del edificio era simple, no se
dejó de lado la ornamentación exterior: molduras sobre ventanas y puertas,
mochetas utilizadas en bordes inferiores de ventanas que realzan los vanos
contra los planos verticales a través de luces y sombras, molduras vierteaguas
entre el borde superior de los vanos de las ventanas y la cornisa de la
coronación en el techo y el balcón de la torre, los realzados en esquinas,
los mosaicos que forraban la torre, etc. Todas esas molduras decorativas típicas
de los edificios neoclásicos, muestran la vocación artística del autor. Tal vez
con el propósito de recrear la vista de aquellos esforzados fareros o aquellos
marineros que no tenían contacto con la civilización por espaciados
períodos.
Aspectos técnicos:
Nombre de
la señal marítima: |
Cabo Falso |
Longitud de la
torre: |
109° 57’
50’’ |
Altura de la torre: |
10 metros |
Orientación de la
torre: |
Al sur |
Distancia del
pleamar: |
124 metros |
Alcance luminoso: |
10 millas náuticas. |
Frecuencia de
destello: |
4 segundos |
Color del destello: |
Blanco |
Lámpara: |
De gas de petróleo |
Señal de niebla: |
No se encontró
información |
Distancia al
sitio postal más cercano: |
8 Km. en Cabo San
Lucas |
Desembarcadero: |
No existe por
el fuerte oleaje |
Al Faro Viejo
|
Resiste, viejo,
Atalaya perenne
del horizonte,
Centinela insomne del sur del mar,
Fiel vigía de mirada intermitente,
Anacoreta del extremo de la tierra austral
Sí aguantaste, viejo,
el implacable azote del huracán,
los aguijones de la arena en vendaval,
el largo estío y el hastío de la soledad,
!Aguantarás más¡
Si no temiste,
al bramar del furioso mar,
ni al embate del calcinante sol,
ni a la treta del misterioso neblinar,
no temas hoy.
Sufrirás aún,
tierno guía de pestaña luminosa
muchos años de abandono y olvido,
y a pesar de tu labor hermosa
con desprecios serás retribuido
|
|
Ten valor ante el ultraje,
cuando la indiferencia haga su nido,
mientras el aprecio emprende el viaje,
y el saqueo haga su recorrido.
No sucumbas
cuando escuches la tierra temblar
y el cielo súbito oscurezca,
por ese caos que crece y que se acerca
que pisa fuerte y no conoce saciedad.
pues, viejo
si te rindes, o si caes vencido,
¿quién vigilará mi mar?
¿quién responderá a las estrellas su
titilar?
¿quién alumbrará la ruta del pescador
al regresar?
Resiste, viejo guardián,
no te dejes derrumbar,
los del Cabo buscaran tu fulgurar
queriendo orientación, añorando su
identidad,
perdura, Faro Viejo... y finge eternidad.
- Anónimo -
|
Cronología del Faro de Cabo Falso
Mayo 5 de 1602 |
Vizcaíno regresa a la península
con el fin de demarcar la costa. El cosmógrafo Jerónimo Martín
Palacios elabora el primer plano detallado de Cabo San Lucas. Destacando la
importancia de “unos médanos altos de arena blanca” (Cabo Falso),
como punto de referencia. |
1632 |
En la expedición de
Francisco De Ortega, el capellán y vicario Diego de La
Nava, da el nombre de “Cabo del Engaño”
a este lugar. |
1730 |
El padre Nicolás Tamaral coloca a
manera de faro una cruz de palma en el cerro del vigía en Cabo San Lucas
para avisar a los galeones la presencia de
cristianos. |
1885 |
Inicia el apogeo de la navegación
mercantil en la península, por el desarrollo económico, principalmente
en el golfo, la Secretaría
de Comunicaciones inicia
el proyecto de establecer faros en la costa del Pacífico. |
1898 |
Debido a la incursión de barcos
de guerra norteamericanos e ingleses en la costa del pacífico de
la península, la Secretaría de
Comunicaciones del Gobierno de
Porfirio Díaz, comienza a localizar un sitio para construir un faro.
|
Marzo de 1902 |
La marina de Estados Unidos
comienza una insistente presión política para obtener el traspaso de Bahía
Magdalena y Porfirio Díaz acelera la construcción del faro
|
Noviembre de 1902 |
Queda establecido Cabo Falso como
sitio y finalizado el plano para la construcción del primer faro en la costa
de la península. Se adjudican 17 hectáreas como predio perteneciente |
1904 |
Comienza la construcción del Faro
Cabo Falso a cargo del ingeniero naval español,
Joaquín Palacios Gomez. |
Mayo 5 de 1905 |
La linterna del faro Cabo Falso
emite su primer destello como señal de alerta pero también de
soberanía nacional. |
1905 - 1967 |
Durante este tiempo, el faro Cabo
Falso proporciona su servicio a la navegación internacional y nacional |
Marzo de 1920 |
La construcción recibe la primera
reparación. Se resana el techo y se rodea la balaustrada de acero por una
mureta de concreto |
1955 |
Comienza la industria turística
en la zona de Los Cabos en forma de aviación civil. El faro es útil también
en esporádicos aterrizajes semi-nocturnos. |
1967 |
El faro viejo es sustituido por
uno nuevo que se localiza en la cima del cerro “las Hermanas” |
1967-1980 |
El faro viejo se convierte en un
sitio de excursión para los habitantes de Cabo San Lucas. |
1980 -1996 |
El faro viejo es utilizado como
atractivo turístico para recorridos a caballo y vehículos todo terreno. |
1986 |
El faro viejo es incluido en
el catalogo de monumentos históricos de Baja California Sur con la clave
0305029 y la ficha numero 0004 |
Marzo 31 de 1998 |
El ejido Cabo San Lucas “dona”
un terreno de 50 x 70 metros para el faro. Esta donación no se protocoliza. |
Octubre de 1996 |
El faro viejo recibe su
primera restauración a cargo del arquitecto Jose Manuel Castro Jordán,
del INAH, con una inversión de 431,000 pesos de recursos federales,
estatales y donantes privados representados por la asociación civil
Yenecamú, y se prohíbe el ingreso de vehículos al faro. |
Abril de 1999 |
El faro viejo recibe una
segunda restauración con una inversión de 40,000 dólares con recursos de una
donación de American Express y se contratan 2 custodios para el faro viejo |
Diciembre de 1999 |
Se elabora el presupuesto para
la tercera etapa de restauración y se anuncia la conversión del faro en un
museo cartográfico. Esto nunca se lleva a cabo.
|
Julio 2003 |
Las dunas de cabo falso son
escogidas para filmar las escenas de la película “Troya” dejando alrededor
de 25 millones de dólares aproximadamente para el estado. Son
contratados más de mil extras mexicanos. |
2004 |
Se conoce la situación legal del
predio del faro viejo. En una extensión ejidal las 17 hectáreas
originales fueron obtenidas por el ejido y después
vendidos a una desarrolladora inmobiliaria llamada Bansi S.A.
|
Diciembre 2004. |
El INAH retira a sus
custodios y el faro viejo queda en el total desamparo de las tres
instancias. |
Mayo 5 2005 |
El faro viejo cumple un siglo de
haber emitido su primer destello. |
|
|
|
«Estoy frente al mar y en lontananza se va perdiendo el ala de una
vela,
va
yéndose, esfumándose, y yo también me voy perdiendo en ella.
y cuando
al fin retorno por un leve resquicio de conciencia
!cuan
lejos me encuentro de mi mismo¡
!que
mundo más extraño me rodea¡
(
... )
!Oh
soledad, que a fuerza de andar sola, se siente de si misma compañera¡»
- Luís Palés
Matos -
Del libro: “Sudcalifornia: El Rostro de una
Identidad” Castellanos editores, México 2003. de la Dra. Lorella Castorena
Davis.
Los Guardafaros
El faro de Cabo
Falso dio origen a una nueva clase muy singular de servidores públicos en la
península: Los Guardafaros. Se trató de personas a quienes el
interés profesional y las circunstancias especiales, normales de la soledad y
aislamiento hicieron de ellos unos verdaderos mártires al servicio de la
navegación internacional.
Este oficio exigía de ellos una entrega permanente,
sacrificada y responsable, sin distinción de nacionalidad, función o eslora de
las embarcaciones.
Cuando el aislamiento podía llegar a ser agobiante,
acompañado por lo común de necesidades y privaciones, no cabe duda que se
requería de una fuerza anímica muy especial, y que decir de las esposas e hijos
cuando los guardafaros tenían familia y las llevaban consigo, quienes compartían
con ellos ese tiempo, haciendo mas llevadera su soledad.
Quien haya estado en las dunas de Cabo Falso un día de
viento, y haya sentido los granos de arena contra sobre su piel, puede confirmar
lo difícil que puede resultar permanecer en este sitio.
No obstante el rigor que imponían tales circunstancias, casi
todos los guardafaros que trabajaron en este lugar manifestaron un afecto
profundo por su trabajo y por este lugar y no faltó quien decidiera por voluntad
propia prolongar su estadía.
Tal fue el caso del Sr. Agustín Payén Salazar quien
fue premiado por su desempeño como guardafaros y fue enviado en 1912 como
inspector de puertos a la ciudad más moderna y pujante de ese tiempo: Santa
Rosalía.
Lamentablemente sufrió los conflictos laborales de la
compañía minera el Boleo y de la revolución constitucionalista en 1914 y después
de haber estado preso por unas horas y con temor de haber sido fusilado, pidió
su regreso a Cabo Falso, decidió que el glamour no compensaba la paz
mental y la calidad de vida que tenía en Cabo Falso.
El resto de la vida laboral de Agustín Payén
transcurrió en la paz de Cabo Falso, y algunos de sus hijos nacieron y crecieron
en el mismísimo faro.
Otros guardafaros que dejaron huella son Rafael
Sandoval, Francisco Covarrubias y Marcos Payén Sandoval, seguramente sus
descendientes deben atesorar recuerdos y anécdotas del tiempo que vivieron
en el faro viejo.
Los hermanos Néstor y Nepomuceno Herrera
fueron protagonistas de un “cambio de antorcha”. Néstor Herrera se
jubiló en 1967 al clausurarse el faro viejo y su linterna fue trasladada al faro
nuevo, siendo recibida por su hermano Nepomuceno, el primer guardafaros del
nuevo faro.
Las labores cotidianas de los guardafaros se
convertían en un ritual adquirido con el hábito, que consistía por ejemplo, en
prender la linterna cada noche, vigilar su correcto funcionamiento, regulando la
cuerda del aparato rotatorio, calibrando sus revoluciones, reabasteciendo de
petróleo la lámpara, además de un escrupuloso mantenimiento constante a la
linterna y al inmueble.
Debían permanecer alertas toda la noche y llevaban una
bitácora donde registraban el estado del tiempo, embarcaciones avistadas, y
otros pormenores.
Aunque su vida estaba llena de rigores,
esporádicamente se permitían cierta autoindulgencia (muy merecida) como la de
una ocasión que un guardafaros desvió la luz de la linterna para cazar un venado
en la cima del cerro el rodadero, o del sistema de despertador que idearon otros
guardafaros para permitirse una “pestañeada” colocando una cubeta en el sistema
rotatorio y que al agotarse la cuerda caía estrepitosamente por la escalera de
caracol, despertándolos e indicándoles el momento de cebar la lámpara.
Supongo, por la duración en su trabajo, que la dura
vida de estos fareros debió de contar con algún aliciente espiritual, tal vez
uno de ellos, era el raro privilegio de contemplar cada mañana, desde un mismo
sitio, los amaneceres y atardeceres en el mar, o acaso el cielo estrellado de
las noches claras.
Pienso que el estado actual del faro viejo constituye una
verdadera ofensa para estos esmerados guardafaros y su restauración seria el
mejor tributo que pudiéramos rendir a la memoria de estos abnegados guardianes
del fin de la tierra.
|
"Levántate Guaycura,
levanta
la conciencia de tu hermano, |
reúne los grupos
aislados, y por favor, no vuelvas a ofrecer |
la tierra a quien
vive cabalgando en el olvido, sino
evitando |
la erección de sus
castillos, en las vísceras de su pueblo…” |
- fragmento del poema levántate Guaycura,
Prof. González. - |
|
|
libro:
“Sudcalifornia: El Rostro
de una Identidad” Castellanos editores, México
2003. de la Dra. Lorella Castorena Davis. |
CONSERVACIÓN:
Las razones del deterioro del
edificio del faro viejo son varias:
El
tiempo y la intemperie: el sitio donde se ubica el faro viejo es
especialmente susceptible a la inclemencia de diferentes agentes climáticos.
está totalmente abierto a los huracanes sin nada que lo proteja y de frente al
viento y la lluvia. La humedad llega en forma de neblina constantemente, la
arena al ser violentamente acarreada por el viento golpea (o golpeaba) las
paredes del faro raspándolas severamente. Quien permanezca en las
dunas en un día de viento puede confirmarlo al sentir los granos de arena como
un puñado de alfileres arrojados contra el cuerpo. El sol es otra
constante, no ha tenido nunca árboles ni nada que le proporcione sombra.
El desuso: este puede ser uno de los factores más
lesivos, al no tener un uso práctico se le resta importancia y el abandono
lo priva del mantenimiento constante que recibe un inmueble en uso
El abuso: este ha sido el principal motivo de
deterioro, ninguna autoridad controló alguna vez el flujo de visitantes, ni
evitó el uso excesivo o sobre utilización del faro viejo. Jamás se exigió la
capacitación de los guías responsables de los recorridos para tomar medidas
preventivas de conservación o impartir pláticas sobre su historia. En una
ocasión atestigüé la visita simultánea de hasta 30 motocicletas todo terreno
circulando las dunas y cometiendo todo tipo de desmanes. Este tráfico desmedido
desmoronó la duna y mató la flora que la estabiliza.
Vandalismo: desde su abandono, el faro viejo fue
objeto de saqueo de lo poco que quedó como puertas, ventanas, equipos de sirena
y hasta el mecanismo de rotación de la linterna, probablemente para venderlo a
coleccionistas de antigüedades o simplemente por llevarse un recuerdo de su
visita al faro. En las paredes hay graffiti y marcas en las paredes que dan
testimonio de estas visitas.
Las
remodelaciones: irónicamente, y a pesar del noble propósito, las
remodelaciones efectuadas en 1996 y 1999, no han resultado del todo benéficas.
Los escombros que quedaron como resultado de los trabajos de remodelación
afectaron la granulación de la arena de la duna colaborando en su erosión.
Se agregaron algunos elementos totalmente
anacrónicos como el vitropiso, un sistema de plomería y muebles de baño que
además debilitaron la estructura del edificio. La linterna fue ignorada
por completo, sus restos yacen en la arena, ni siquiera fueron juntados, en su
lugar se colocó en la torre unas mochetas que le dan la apariencia de una torre
de un castillo de caricatura.
Sin ánimo de juzgar este trabajo, y repito, convencido de la buena
intención, creo honestamente que los arreglos hechos al faro fueron inadecuados,
superficiales y aparentes. No fueron encaminados a evitar el deterioro
progresivo ni siguieron los
lineamientos establecidos por organizaciones como la UNESCO en la carta de
Venecia, la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e
históricas, o las normas para la restauración de faros de Nueva Escocia en
Canadá por ejemplo.
La apatía de las autoridades: a pesar de haber
sido incluido en el catalogo de monumentos históricos del INAH, Hasta la
fecha no se han llevado a cabo los procedimientos oficiales para decretarse como
patrimonio de la nación por el ejecutivo nacional. Estos procedimientos son
elaborar un anteproyecto, levantar un acta de cabildo para solicitar la
expropiación del inmueble, y en consecuencia el ejecutivo emita la declaratoria
de nacionalización de bienes en el boletín oficial. Este trámite le permitiría
al faro viejo contar con la protección de la ley federal correspondiente y las
organizaciones internacionales de protección como la UNESCO. También le
permitiría acceder a los programas de conservación que existen para este
propósito.
Nuevas amenazas se ciernen sobre el faro viejo: Los custodios del INAH que
cuidaban el faro desde 1999, Gonzalo de La Peña y Sergio Martinez, han
sido removidos y aparentemente, la custodia del faro viejo fue cedida a una
desarrolladora inmobiliaria llamada Bansi S.A. que adquirió los terrenos
ejidales circundantes. Al menos han bloqueado el camino que conduce al faro y
registra a las personas que acceden al faro.
Esta medida luce muy extraña ya que la existencia del faro
viejo representa un obstáculo para obtener los permisos de construcción en
esa zona y a los únicos que beneficia la destrucción del faro seria precisamente
a ellos.
Cabo Falso reúne numerosos atributos que lo convierten en un
sitio propicio para ser convertido en un parque nacional. Sus médanos de arena
han servido históricamente como referencia geográfica por los antiguos
navegantes, además de contar con las ruinas del faro viejo que es un monumento
histórico conocido mundialmente, su playas circundantes se encuentran bajo
proceso de ser declaradas área natural protegida debido a que son uno de los
pocos sitios de anidación de la tortuga Laúd o siete filos, el reptil mas grande
sobre la faz de la tierra y en mayor peligro de extinción. Existen también
vestigios arqueológicos como concheros, entierros y talleres líticos que nos
hablan de los Pericúes, primeros habitantes del Cabo. El sitio ha sido
utilizado por los cabeños como observatorio de las ballenas y como sitio de
recreo.
Sin embargo, esta idea se antoja utópica dados los
antecedentes de falta de interés. Pero el potencial de aprovechamiento y uso
del faro viejo luce ilimitado.
La derrama económica que originó la filmación de la película
de Troya demuestra el valor económico que puede tener la conservación de los
espacios escénicos naturales. Esto debería ser evidente para nuestros
gobernantes y para los prestadores de servicios turísticos, sin embargo,
no ocurre así.
Me atrevo a sugerir algunas medidas prácticas e inmediatas de protección y
uso del faro viejo mientras se determina su situación jurídica.
-
Retirar el escombro de la duna para homogenizar la granulación de la arena.
-
Reforestar la duna para ayudar a su restauración.
-
Establecer senderos para detener la erosión por tráfico de
gente y proporcionar mayor comodidad para los visitantes.
Los senderos pueden empezar desde la cima del cerro colocando troncos a manera
de escalinata hasta el faro.
-
Recoger las partes de la linterna y balaustrada que yacen en la arena y
aplicarles algún convertidor catalítico de herrumbre.
-
Promover tours orientados con guías preparados y cuidando la capacidad de
carga del inmueble. Esto puede constituir una entrada de fondos que sirvan
para el mantenimiento.
-
Colocar información técnica e histórica sobre el faro a la entrada.
-
Colocar una placa en el acantilado señalando el sitio exacto del final de
la península.
-
Los habitáculos del faro pueden servir cada uno como sala de exposición
para diversos temas que pueden ser, cartografía de la antigua California,
historia de la navegación, historia de los faros, poesía alusiva a la
navegación y a los faros, fotos antiguas de Cabo San Lucas, historia de San
Lucas etc. Es decir, convertirlo en un museo verdadero que eduque realmente y
ayude a valorar nuestra historia.
-
Promover mediante una sesión de cabildo la nacionalización del inmueble
Una vez aplicadas estas medidas se puede proceder a buscar
fondos para una restauración mas profunda que proteja la estructura del edificio
e incluya la colocación de la linterna, ya que, un faro sin linterna deja de ser
un faro.
EPÍLOGO
En 1967, El faro viejo apagó su linterna, cual si fuera la
llama de su vida, para no volver a encender su luz. De esa forma cerró una
historia de muchos años de abnegado y discreto, pero valioso servicio a la
navegación del Pacífico. Una historia de lucha, de soledad y sacrificios, de
barcos de vapor y de veleros, de rudos pescadores
Al ser sustituido por un moderno faro de
linterna eléctrica, dio paso a otra historia, una historia de desarrollo,
glamour y suntuosidad, de pesca deportiva, lujosos yates y grandes
cruceros. Pero después de todo, la misma historia de intervención extranjera
y problemas de soberanía nacional.
«No sucumbas,
cuando escuches la tierra temblar
y el cielo súbito oscurezca,
por ese caos que crece y que se acerca,
que pisa fuerte y no conoce saciedad.»
El faro viejo representa para los habitantes de
Baja California Sur, un enlace con su pasado, es un símbolo de la
antigua navegación y nos habla de los orígenes de su
pueblo.
Además de ser construido para dar un servicio, también tenía
el propósito de establecer presencia nacional en nuestras costas; esa debe ser
la misma razón por la cual debamos emprender su rescate.
El estado en que se encuentra el faro viejo es lamentable, y
me parece una metáfora de la realidad actual que vive Cabo San Lucas. Un mundo
de identidad difusa y de valores deteriorados donde se rinde culto a la
artificialidad y se menosprecia lo auténtico.
El pueblo de Cabo San Lucas ha sido como el faro, un simple
testigo de un desarrollo que acontece frente a él, sin propiciarlo ni
protagonizarlo. Contempla con resignación esos cambios como una
fuerza extraña que lo arrastra, que no alcanza a comprender del todo y se
hallan fuera de su control.
Los desarrollos turísticos han transformado la belleza
natural del desierto junto al mar, para convertirlo en verdes campos de
golf, que riegan con un agua que no tenemos y que no son otra cosa sino una
aberración, como diría un conocido arquitecto; una agresión a la naturaleza
disfrazada de verde.
Promocionan la belleza escénica, pero construyen grandes
edificios que bloquean la vista del paisaje.
Ofrecen buena pesca, pero construyen marinas en las lagunas
donde naces los peces y principia la cadena alimenticia.
Ofrecen descanso y tranquilidad, pero los visitantes
encuentran vendedores insistentes que los acosan en las calles y playas.
Los visitantes huyen de las ciudades para descansar en
nuestro sitio, pero aquí encuentran otra ciudad con un tráfico terrible, altos
edificios y grandes centros comerciales.
Presumen de la hospitalidad y calidez mexicana, pero cuando
el visitante llega encuentra letreros en inglés y empresas transnacionales de
hot dogs y hamburguesas, con empleados que fingen una amabilidad
sistemática y esbozan una mecánica sonrisa.
Nuestros jóvenes se han alejado del mar a pesar de vivir
junto a él. Ya no son en su mayoría los grandes nadadores y buceadores que
fueron nuestros padres, desconocen los trucos de la pesca y los principios
básicos de navegación. Sus aficiones son iguales a las de cualquier chico de una
gran ciudad, el cine y los videojuegos.
Para mitigar su calor ya no van a la playa, sino que
acuden a un espacio cerrado con aire acondicionado.
¿Qué queda del Cabo San Lucas original?, son realmente
pocos los vestigios de aquel Cabo San Lucas mexicano, aquel que pertenecía a los
cabeños, aquel Cabo San Lucas de los pescadores.
El Faro Viejo es tal vez el último reducto de esos
recuerdos.
Hemos permitido que la mayor parte de la costa o al menos los
mejores rincones hayan sido obtenidos por extranjeros, poniendo en riesgo
nuestra soberanía nacional.
Hemos convertido a Cabo San Lucas en un sitio completamente
diferente al que motivó su desarrollo, y consecuentemente, ahuyentamos al
turismo que apreciaba a Los Cabos tal como era y comenzamos a atraer a otro
tipo de turismo, menos culto.
Ha sido como tener una rara perla negra en nuestras manos, y la pintamos de
dorado para que pareciera una cuenta de oro. Convertimos algo especial en una
cosa común y corriente; también bella pero falsa.
A pesar de su actual esplendor, el camino que lleva Cabo San
Lucas es igual al de aquellos otros destinos que actualmente se encuentran en
decadencia.
Es urgente tomar conciencia y emprender acciones para la
preservación de nuestro patrimonio cultural y natural.
La rebelión de los pericúes que terminó con la vida de los
padres Nicolás Tamaral y Carranco, nos demuestra que las imposiciones de un
cambio cultural de un pueblo, puede resultar dolorosa tanto para
quienes la sufren como para los portadores de ese cambio. La invasión
poblacional, el despojo de sus playas y áreas de recreo, así como de sus
símbolos de identidad, han herido a los cabeños. Nuestros gobernantes deben
advertir eso y tomar medidas inmediatas para no exceder los límites de
tolerancia y prevenir una “segunda rebelión pericú”. Quienes ignoran la
historia corren el peligro de repetirla.
El faro viejo ha sido siempre y es aún considerado como
patrimonio de todos los cabeños, tan tácita ha sido esta apreciación que nunca
se creyó necesaria su regularización ni se pensó que pudiera ser enajenada
por algún particular.
Haber incluido el predio del faro viejo dentro de la
expansión del ejido se trata sin duda de un grave error de repartición agraria
que debe ser corregido de inmediato.
El rescate y la conservación de Cabo Falso y el Faro Viejo
puede constituir un elemento educativo para las futuras generaciones, un sitio
de interés turístico autentico, diferente y adicional para los visitantes.
Es una gran oportunidad para la industria turística de Los Cabos de atraer un
segmento de mercado perdido para Los Cabos: el ecoturismo.
Es también una gran oportunidad para los cabeños de reforzar
su identidad, y sobre todo la dignidad del Faro Viejo.
«...Resiste,
viejo guardián,
no te dejes derrumbar,
los del Cabo buscarán tu fulgurar
queriendo orientación, añorando su identidad,
perdura, Faro Viejo... y finge eternidad.»
“al final, solo conservaremos aquello que amamos, solo amaremos
aquello que conocemos, y solo conoceremos aquello que se nos muestra”
- Bouba Dioum. Conservacionista senegalés.-
APÉNDICE: Carta de Venecia, 1964
UNESCO
Portadores de un mensaje espiritual del pasado, las obras
monumentales de los pueblos permanecen en la vida presente como testimonio vivo
de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la
unidad de los valores humanos, las considera como un patrimonio común, y
pensando en las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de
su conservación. Es su deber trasmitirlas con toda la riqueza de su
autenticidad.
Es, por lo tanto, esencial que los principios que deben
presidir la conservación y la restauración de los monumentos, sean elaborados en
común y formulados en un plano internacional, aun dejando a cada nación el
cuidado de asegurar su aplicación en el marco de su propia cultura y de
sus tradiciones.
Al dar una expresión inicial a estos principios
fundamentales, la carta de Atenas de 1931, ha contribuido al desarrollo de un
amplio movimiento internacional, que ha traducido principalmente en varios
documentos nacionales, en la actividad del ICOM (consejo internacional de
museos) y de la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación,
ciencia y cultura) y en la creación a través de esta última, del Centro
Internacional de Estudios para la Conservación y Restauración de los Bienes
Culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico se han dirigido hacia
problemas cada vez más complejos y más ricos en matices y ahora parece llegado
el momento de volver a examinar los principios de Atenas, con el fin de
profundizarlos y dotarlos de mayor alcance en un nuevo documento.
En consecuencia, el Segundo Congreso Internacional de
Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos reunidos en Venecia del 25 al 31
de Mayo de 1964, han aprobado el texto siguiente:
DEFINICIONES
Articulo 1.- la noción del monumento histórico
comprende tanto la creación arquitectónica aislada como el sitio urbano o rural
que ofrece el testimonio de una civilización particular, de una fase
significativa de la evolución, o de un suceso histórico, se refiere no
solamente a las grandes creaciones sino a las obras modestas que han adquirido
con el tiempo un significado cultural.
Articulo 2.- la restauración y la conservación de los monumentos es
una disciplina que requiere la colaboración de todas las ciencias y de todas las
técnicas que puedan contribuir al estudio y a la salvaguardia del patrimonio
cultural.
Objetivos:
Articulo 3.- la conservación y la restauración de los
monumentos tienen como objetivo salvaguardar tanto la obra de arte como el
testimonio histórico.
Artículo 4.- la conservación de los monumentos impone
en primer lugar un cuidado permanente de los mismos.
Articulo 5.- la conservación de los monumentos se
beneficia siempre con la dedicación de estos a un fin útil a la sociedad; esta
dedicación es pues deseable, pero no puede ni debe alterar la disposición a la
decoración de los edificios. Es dentro de estos límites donde se deben concebir
y se pueden autorizar los arreglos exigidos por la evolución de los usos y las
costumbres.
Articulo 6.- la conservación de un monumento
implica la de un marco a su escala. Cuando el entorno tradicional subsiste, este
será conservado, y toda construcción nueva, toda destrucción y todo arreglo que
pudieran alterar las relaciones de los volúmenes y de los colores, deben ser
prohibidos.
Articulo 7.- el monumento es inseparable de la
historia de la cual es testigo, y también del medio en el que está situado. Por
lo tanto el desplazamiento de todo o parte de un monumento no puede ser tolerado
mas que cuando la salvaguarda del mismo lo exija o bien cuando razones de un
gran interés nacional o internacional lo justifiquen.
Articulo 8.- los elementos de escultura, pintura o
decoración que formen parte integrante del monumento no pueden ser separados del
mismo mas que cuando esta medida sea la única capaz de asegurar su conservación.
Articulo 9.- la restauración es una operación que debe
guardar un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los
valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto
hacia la sustancia antigua y los documentos auténticos.
Se detiene allí donde comienza la hipótesis; mas allá todo
trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o
técnicas dependerá de la composición arquitectónica y llevará el sello o la
marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y
acompañada por un estudio arqueológico e histórico del monumento.
Articulo 10.- cuando las técnicas tradicionales son
inadecuadas, la consolidación de un monumento puede asegurarse apelando a las
mas modernas técnicas de conservación y de construcción cuya eficacia haya sido
demostrada por datos científicos y garantizada por la experiencia.
Articulo 11.- las aportaciones válidas de todas las
épocas en la edificación de un monumento debe respetarse, ya que la unidad de
estilo no es un fin por alcanzar en el curso de una restauración. Cuando un
edificio posea varias etapas de construcción superpuestas, la liberación de una
de estas partes subyacentes no se justifica mas que excepcionalmente, y a
condición de que los elementos eliminados no presenten mas que poco interés, que
la composición traída a la luz constituya un testimonio de alto valor histórico,
arqueológico o estético y que su estado de conservación sea considerado
suficiente, el juicio sobre el valor de los elementos involucrados y la
decisión sobre las eliminaciones por realizar no pueden depender tan solo del
autor del proyecto.
Articulo 12.- los elementos destinados a reemplazar
las partes faltantes deben integrarse armónicamente en el conjunto,
distinguiéndose al mismo tiempo de las partes originales, con el fin de
que la restauración no falsifique el documento de arte y de historia.
Articulo 13.- los agregados no pueden ser tolerados
más que en la medida en que respeten todas las partes interesantes del edificio,
el entorno tradicional, el equilibrio de su composición y sus relaciones con el
medio ambiente.
Articulo 14.- los sitios monumentales deben ser objeto
de cuidados especiales con el fin de salvaguardar su integridad y asegurar su
saneamiento, su arreglo y su valorización que se efectúen en ellos deben
inspirarse en los principios enunciados en los artículos precedentes.
Articulo 15.- los trabajos de excavación deben
realizarse conforme a normas científicas y a la “recomendación que define los
principios internacionales para aplicarse en materia de excavación
arqueológica”, adoptada por la UNESCO en 1956. el acondicionamiento de las
ruinas y las medidas necesarias para la conservación y la protección permanente
de los elementos arquitectónicos y de los objetos descubiertos, deberán ser
aseguradas. Se tomarán además todas las precauciones con el fin de facilitar la
comprensión del monumento sacado a la luz, sin desnaturalizar nunca su
significado. Todo trabajo de reconstrucción deberá, sin embargo, excluirse a
priori; solamente la anastilosis, es decir la recomposición de las partes
existentes pero desmembradas, puede tomarse en cuenta. Los elementos de
integración serán siempre reconocibles y representarán el mínimo necesario para
asegurar las condiciones de conservación del monumento y restablecer la
continuidad de las formas.
Articulo 16.-
los trabajos de conservación, de restauración y de excavación estarán siempre
acompañados por una documentación precisa constituida por informes y reportes
analíticos y criticas ilustradas por dibujos y fotografías; todas
las fases de los trabajos de liberación, de consolidación, de recomposición, de
integración, así como los elementos técnicos y formales identificados a lo largo
de los trabajos, deberán ser consignados. Esta documentación se depositará en
los archivos de un organismo público y estará a disposición de los
investigadores; además se recomienda su publicación.
Fuentes de consulta:
Impresa:
Michael Mathes, Andrés
Cota Sandoval. “La Importancia de Cabo San Lucas” Fonapaz, BCS, 1976. |
Miguel León Portilla.
“Cartografía y Crónicas de la antigua California”. UNAM México, D.F. 2001 |
Pablo L. Martínez.
“Historia de Baja California”. Editorial Baja California. Primera edición.
México, 1956. |
Fernando Jordán. “El Otro
México, biografía de Baja California”. UABC. México, 1997 |
Pablo L. Martínez. “Guía
familiar de Baja California”. Editorial Baja California, México DF, 1965. |
Mateo Martinic, Julio
Fernández. “Faros del Estrecho de Magallanes” la prensa austral, Chile 1994. |
Miguel del Barco,
“Historia natural y crónica de la antigua California”, Miguel León Portilla,
UNAM, México, 1989. |
Lorella Castorena Davis.
“Sudcalifornia: el rostro de una identidad” Castellanos editores, México
2003. |
Lorella Castorena Davis. “Palabras e
imágenes de la ciudad y puerto de La Paz 1900-1959” COBACH, BCS, 2000.
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Francisco Santiago Cruz. “La Nao de China”
1ra edición, Mexico, D.F., 1962.
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Carta Topográfica Cabo
San Lucas F12B54. INEGI. 2004 |
Francisco Javier
Carballo. “La Revolución De Ortega en BCS” imprenta Reforma La Paz B.C.S.
1987 |
Catalogo de monumentos históricos INAH.
1986
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Dana Lamb, June Cleveland. “Enchanted
Vagavonds”. Berkeley Ca. USA 1930
|
Inédita:
«Expediente descriptivo del faro Cabo
Falso», maestros Guardafaros
Manuel L. Dávalos y Rodolfo C. Lazcano
|
Archivo de la dirección de Puertos, Faros y
Marina Mercante. 1926.
|
«Nicolás
Tamaral informa sobre las misiones del sur peninsular, año de 1730»
edición preparada por Ignacio del Río. |
Archivo Pablo L. Martinez. La Paz.
|
Archivo
privado Sra. Emma Palacios Avilés. San José del Cabo B.C.S. 2005. |
Archivo
Privado Sra. Guillermina Touchman Payén. La Paz B.C.S. 2004. |
Archivo
Privado Sra. Lugarda
Castro Verduzco. La Paz B.C.S. 2004. |
Asesoramiento Técnico y Testimonios:
v
Profesor Gregorio Herrera Martínez.
v
Ingeniero Juan Carlos Macfarland
v
Ingeniero Saúl Verdugo Zamudio
v
Lic. Jorge Luís Amao Manríquez
v
Biólogo Eduardo Palacios Castro
«Última actualización 31 de Octubre 2012»
el_faroviejo@hotmail.com
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