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Domingo Saiza Castro Presenta:

 
   
     
 

Cabo Falso:  El Faro del Fin de la Tierra

 
 
   

Un Ensayo de: Rodolfo Palaciod Castro

 

“Cuando desde la plataforma arenosa del faro de Cabo Falso he visto su luminoso parpadeo perderse en la infinita superficie del mar, he pensado que sus haces de luz no son una señal de alerta, sino de acogida; no de temor, sino de esperanza. Creo que son como un signo que se enciende por las noches para avisar a todos los puntos de la rosa de los vientos; que hacia el norte, desde la tierra perfumada hasta los bastiones de la patria, a todo lo largo de un cuerpo de desierto, hay un otro México de bellezas, de promesas y de futuro”                                  Epilogo del libro “El otro México” de Fernando Jordán –

 

 

                              Formato y Diseño de página: Prof. Domingo Saiza Castro  

 
Introducción Antecedentes Históricos
Generalidades sobre los faros Descripción técnica constructiva
Aspectos Geográficos Apéndice: La Carta de Venecia
Toponimia Historia de la construcción
Historia Contemporánea Aspectos técnicos
Conservación Cronología
Sobre los Constructores Epílogo
Sobre Los Guarda Faros Fuentes de Consulta
 
 

 

INTRODUCCIÓN: 

 

Durante la última década del siglo XIX y las tres primeras décadas del siglo XX, la actividad marítima constituyó uno de los hechos más sobresalientes en la historia del desarrollo de Baja California Sur. El faro viejo de Cabo Falso representa el  único testimonio de esa época, y es el máximo icono de la historia de la navegación en nuestro estado.

Los faros son construcciones que evocan imágenes románticas en nuestra mente: tormentas violentas, combates navales, piratas y marineros valerosos, noches de misterio y citas amorosas entre la niebla.

 

Son una fuente de inspiración para los poetas y escritores,  y  un recurso inagotable para  los fotógrafos, pintores y cineastas.

 

 En algunos países con vocación Náutica  como Francia, Italia, España, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Argentina, Chile, etc. Los faros antiguos son objeto de verdadero culto.

Ejemplos de valorización patrimonial de los faros antiguos son los siguientes:

  • Los faros de Nueva Escocia en Canadá : quienes establecieron 8 normas de restauración.

  • El parque nacional Juan Rodríguez Cabrillo: Situado en la costa del Pacífico en Estados Unidos, este parque  fue establecido en torno al faro y es un ejemplo notable de manejo de un área natural y cultural  protegida que podría replicarse perfectamente en Cabo Falso.

  • Los faros del Estrecho de Magallanes : Estos faros son contemporáneos del faro viejo y con un parecido arquitectónico sorprendente. El más antiguo de ellos es el faro "posesión" construido en 1891

He descubierto que existen en el mundo algunos faros que ostentan el nombre de “faro del fin del mundo”,  como el Byron Bay en Australia, el de la Isla de los Estados en Tierra de Fuego, Argentina, el del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica  y, por supuesto,  El Faro viejo de Cabo Falso, en Baja California Sur. De todos ellos, es tal vez este último,  el que más merezca tal nominación, como veremos mas adelante. Sin embargo, en Cabo San Lucas este inmueble yace en ruinas, menospreciado, ante la ignorancia e  indiferencia de sus habitantes y autoridades. El estado en que se encuentra, demuestra el deterioro cultural y la pérdida de identidad que han sufrido los Cabeños debido en gran parte a la influencia ejercida por el turismo extranjero y la inmigración masiva desde el macizo continental.

 

 

Así luce el faro de Byron Bay, Australia

Así el faro de Cabo Falso, Cabo San Lucas, México

Es claro que no nos interesa proteger algo que no conocemos. Este humilde trabajo es una compilación de datos y citas en relación con el faro de Cabo Falso y pretende  contribuir con cualquier acción que se emprenda con un fin educativo, precisar  información o divulgar  la historia e importancia del Faro Viejo. En las siguientes líneas revisaremos la importancia geográfica, histórica, económica, arquitectónica, cultural y turística  de este Faro y trataremos de establecer porqué no debe pasar inadvertido para ningún  Sudcaliforniano.

Generalidades sobre los faros:

       Desde los mismos albores de la navegación, surgió la necesidad de los marineros de contar con un punto de referencia en la costa, así como algo que les advirtiera de fondos peligrosos y de rocas. Entonces  comenzaron a señalizar de diferentes formas, con  simples cruces, banderas, señales de humo o de fuego en las noches. 

Los egipcios  construyeron el faro más antiguo del que se tenga conocimiento, El Faro de Alejandría. Construido por Ptolomeo II, en el siglo III  a.C. Este rey quería que se divisara desde la mas profunda lejanía, por eso constaba de 120 metros de altura. En lo mas alto se colocaron espejos metálicos que reflejaban la luz del sol y una vez que se hacia de noche se encendían antorchas con fuego custodiadas por sacerdotes. La ubicación exacta de esta torre era una minúscula isla de Alejandría llamada Pharos. De ahí viene el nombre dado  a estas torres con luz en su parte superior.

Esta maravilla de la arquitectura Egipcia se derrumbó en el año 1302 por un terremoto.

 

A partir del siglo XVI  se edificaron faros en las costas de todo el mundo. El faro mas antiguo que existe en la actualidad es  La Torre de Hércules en La Coruña, España,  construido por los romanos en el siglo XVI,  el cual todavía está en funcionamiento después de una serie de restauraciones.

 

Las alarmas para niebla han sido cañones, silbatos, sirenas, trompetas, campanas, etc. Hoy día se utilizan los radios y radares.

 

Como combustibles de las linternas se utilizaba el aceite de ballena, después el aceite vegetal y a partir de 1870 los derivados del petróleo.   En México se empezó a utilizar la electricidad para los faros a partir de 1940. El faro viejo funcionó siempre con keroseno o petróleo.

 

En nuestro continente, el primer faro construido fue el de Veracruz y el más antiguo en operación que existe  es el de Boston en Litlle Brewster Island en 1716. Este faro fue destruido por los ingleses, siendo reconstruido en 1784.  

 

Los faros han inspirado hermosas historias como “el faro del fin del mundo” que es la obra menos conocida de Julio Verne, la película “corazón de Cristal” de Werner Herzog, o  “la isla de la pasión” de Emilio "el indio" Fernández.

 

En general, se presentan dos tipos de construcción de faros: las construidas en tierra firme y las erigidas en el mar. Las primeras constan de la torre que alberga el faro y de varias dependencias anexas, incluidas las destinadas a viviendas de los torreros y a alojar los equipos de sirena y radio. Las segundas encierran todo lo antedicho dentro de la misma torre.

 

Regularmente, la estructura de todos los faros es la misma. En la base se encuentra la entrada y una escalera de caracol que conduce a la cámara de señales y servicios. Sin embargo, han existido algunos faros legendarios  muy diferentes en su estructura como el Coloso de Rhodas  y la Estatua de la Libertad. 

 

La tecnología actual ha dado a los faros una autonomía casi total con las foto celdas y la energía solar, haciendo de los guardafaros un oficio innecesario y los faros habitados una cosa del pasado. 

 

 

Aspectos Geográficos:

 Un cabo se define en el diccionario como una porción de la costa o lengua de tierra que penetra en el mar.

La costa de  San Lucas tiene dos cabos importantes:

El primero es el Cabo de San Lucas,  que es un promontorio acantilado que remata al sureste  con el famoso arco de piedra.

 
 

 

 

El segundo es  Cabo Falso, un acantilado rocoso de 15 metros de altura y que  en sus inmediaciones se levanta un cerro cónico de dos puntas llamadas Las  Hermanas o Cerro del Rodadero, con 212 metros de altitud. Simplemente por su ubicación, Cabo Falso es  un punto geográfico que no podemos ignorar.

 

 

 

Es  el extremo más al sur de la península y marca también  el límite de las dos costas de la península de Baja California: el Océano Pacifico y el Golfo de California. Para los navegantes, Cabo Falso es el punto de transición entre uno y otro mar.

Cabo Falso se ubica en las coordenadas 22º 52’17’’N y 109º 57’45’’W. El cabo del arco se ubica a los  22°52’35 N y 109°53’35’’W. a 18’’ mas a norte de Cabo Falso y a 7.33 kms de distancia en línea recta este - noreste uno de otro.

 Es por lo tanto, Cabo Falso, el verdadero Finisterra, y no el famoso arco de piedra como la mercadotecnia y los promociónales turísticos han hecho creer a mucha gente.

En su libro “El otro México”, Fernando Jordán hace mención al respecto: 

 

Los geógrafos han llamado finis terrae a las extremidades de muchas penínsulas, pero en realidad, es en Baja California donde se encuentra el único finis terrae del mundo. Después de Cabo San Lucas, o más exactamente, después de Cabo Falso, la península no tiene continuación alguna, Kamchatka se prolonga por las islas Buriles, Malasia por las islas Holandesas y Alaska por las islas Aleutianas. Pero Baja California no se prolonga en parte alguna”.

 

 

Situándose en este acantilado frente al mar, no habrá más tierra peninsular o islas californianas ni al este ni al oeste. Si navegáramos en línea recta hacia el sur, no se encontrará tierra alguna hasta tocar el continente de la  antártica que rodea al polo sur.

 

Fue   precisamente, esta  ubicación geográfica lo que le da la posibilidad de ser visto desde lejos de varios puntos cardinales desde el mar.  Por eso es que fue seleccionado este lugar,  para instalar el primer faro que a la postre serviría para auxiliar la actividad marítima y el desarrollo económico de BCS.

 

Toponimia:

Cuando y porqué se empezó a llamarle “Cabo Falso” a este punto de la costa, es una incógnita difícil de resolver. Autores de diversos géneros literarios  así como las versiones tradicionales locales plantean diferentes hipótesis sobre el tema.

 

La guía turística mundial mas prestigiada del mundo “Lonely Planet”  menciona que se le llamó así porque “alguna vez se pensó que era el punto más austral de la península”. Hoy sabemos que en realidad sí lo es.

 

Algunos  viejos pescadores de la zona mencionan que se le llamaba así porque al navegar por la costa del Pacifico de norte a sur, daba la impresión  que al doblar ese Cabo se entraría en la bahía de San Lucas cuando en realidad  debía navegarse hacia el este hasta doblar el otro cabo. Esta versión parece más lógica y acertada.

 

 Otra hipótesis  aceptable es la siguiente: después del regreso de la expedición de Francisco de ortega en 1632, el capellán y vicario Diego de la Nava se refiere al Cabo como  “Cabo del Engaño”. 

  «« y llegando a la dicha bahía de San Bernabé, vimos en ella las señas que comúnmente se ponen en los mapas, que son unas peñas partidas o raxadas, arqueadas, y el cabo della parece ser el que se llama del Engaño que está en 23 grados a la vanda del norte »».

De la Nava pudo haberle llamado así por dos razones: por el engaño en que cayó el galeón Santa Ana cuando fue saqueada por el Inglés Thomas Cavendish en este lugar, o por un error cartográfico y lo haya confundido con el Cabo del Engaño bautizado así por Francisco de Ulloa y que corresponde a la actual Punta Eugenia frente a la isla de Cedros.  Como quiera que sea, si este nombre  perduró, con el tiempo debió sufrir la distorsión de “cabo del engaño” a “cabo falso”.

 

 

 

 

Hace trescientos años

que escribo un nombre en tus arenas,

hace trescientos años,

tenacidad suicida,

pasto para las olas.

Y no fui yo

quien sobrevivió a la hambruna

comiendo sus propias heces.

Yo no te llamé Tarsis,

California,

Calafia,

Malpaís, La Antigua,

Norte y Sur, La Baja.

No, yo cambié la enmohecida espada

Por un vaso de cerveza.

Hace trescientos años… y no dudé

¿ que mas puedo decir de la magnitud de mi fracaso?

Si al menos el mangle pensativo,

inquisidor de la marisma,
no me hubiera visto quemar mis naves
ni fuera toda mi escafandra
sucio aliento europeo…

 

-Rubén Rivera, Marina-

Del libro: “Sudcalifornia: El Rostro de una Identidad” Castellanos editores, México 2003. Dra. Lorella Castorena Davis.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Para conocer  la historia del faro viejo y entender su importancia, es preciso conocer la historia de la navegación en esta zona, e irse muy atrás en el tiempo, mucho tiempo antes de su construcción. Desde que los faros  fueron  necesarios aunque no existieran en nuestras costas, al menos no como los conocemos ahora.

 

Y hablar de navegación y hablar de la historia de Los Cabos es casi lo mismo. Desde antes de la llegada de los españoles a nuestra península, Los pericúes,  que eran el grupo indígena que predominaba  en el sur de la península, practicaban ya cierta  navegación y pesca rudimentarias como escribió el misionero Miguel Del Barco:

 

"En las llanuras que hay sobre los cerros o prominencias, nace un arbolito de poca rama cuyo tronco llega a tener de grueso ocho dedos o diez de diámetro; algunos son muy gruesos pero de estos hay pocos fuera del  sur, en donde crecen más. A este le llaman corcho porque su madera seca es tan ligera como el corcho (…). Los indios del sur hacen sus balsas de estos palos que tengan cosa de dos varas y media de largo. Todo su artificio se reduce a juntar cinco palos, pero de tal suerte que el que va en medio sea más largo que los laterales, con lo cual forma una especie de proa. Por medio de unas estacas de dos puntas, que  clavan en los palos, juntan unos con otros; y para más seguridad, los afianzan más con cordeles. Tal vez hacen balsas mayores; esto es, de siete palos, y también de solo tres, para un hombre solo. Estas balsas las hacen para pescar; sobre ellas se ponen y se apartan a veces de la playa por gran trecho, acaso de una legua o más, según hallan el pescado que prenden con fisga o arpón".

 

 

Sabemos incluso, que algunas tribus de este grupo habitaban las islas Cerralvo, Espíritu Santo y San José, trasladándose a tierra firme frecuentemente en estas balsas.

 

Yenecamú, como  llamaban los pericúes al sur de la península, fue descubierto por los expedicionarios de Fernando Cortés durante su viaje a Baja California  en 1535. Como se refleja el mapa que acompaña el acta de posesión de Cortés en Santa Cruz (La Paz) el 3 de mayo de aquel año, se adquirieron conocimientos detallados de la región del cabo, la cual coincidió muy bien con la descripción dada en Las Sergas de Esplandián.

 

“A la diestra mano de las indias hubo una isla, llamada California, muy

llegada a la parte del paraíso terrenal…. La ínsula, en sí la mas fuerte de

riscos y bravas peñas que en el mundo se hallaba”

 

Después del fracaso de la colonia fundada por Cortés en Santa Cruz en 1537, mandó a su ex teniente Francisco de Ulloa a explorar la región entera. Zarpando de Acapulco el 8 de Julio de 1539, Ulloa alcanzó la desembocadura del Río Colorado y volvió hacia el sur por la costa californiana, llegando a la punta de la California  el 4 de noviembre.

Tres días después continuó al norte por la costa del pacifico, alcanzando la isla de cedros el 5 de abril de 1540, confirmando así la peninsularidad de California. Aunque la expedición de Ulloa fue la  segunda en reconocer Cabo San Lucas, la finisterra permaneció sin nombre al igual que la península.

 

Parece que entre el regreso de los expedicionarios de Ulloa y la salida de Juan Rodríguez Cabrillo, de Navidad el 27 de junio de 1542, la toponimia de San Lucas había sido ya, aplicada al Cabo. La expedición de Cabrillo alcanzó el cabo el 3 de Julio de 1542  y permaneció fondeada en el puerto de San Lucas por tres días, continuando después su derrota al norte hasta Óregon.

 

 Debido a la muerte de Cabrillo en el Norte y otras tragedias en su expedición, el interés en la exploración del océano Pacifico fue  desviado a las islas filipinas por la reciente ocupación española a cargo de Miguel López de Legazpi, y con ella la muy deseada entrada al comercio del oriente.

 

En 1565, a bordo del galeón San Pablo,  el fraile agustino fray Andrés de Urdaneta (el fraile de hierro) asistido por el piloto Esteban Rodríguez  descubrieron la ruta de regreso a la nueva España aprovechando los vientos elíseos y una corriente marina llamada Kurosivo por los japoneses, que le permitió alcanzar la costa de California a la altura de cabo mendocino, después de 118 días de navegación  alcanzaron la punta de la California  el 26 de septiembre.  La derrota de Cabo San Lucas a Acapulco que era el destino final, ya era conocida.

 

Este suceso puso otra vez a la California en la mente de los españoles.

 

Esta ruta estableció un valioso comercio entre nueva España y el oriente que se practicaría durante dos siglos y medio. Los galeones partían de Acapulco con cargas de plata en barras, chiles, y diversos minerales, además de artefactos europeos. De regreso transportaban valiosas cargas de seda, porcelanas, alfombras persas, lacas chinas y oro.

 

En 1578, el corsario ingles Francis Drake, entro  a la costa del pacifico, siguiendo la ruta de Fernando de Magallanes, atacando la costa sudamericana y saqueando el puerto de Huatulco (Oaxaca). Continuando hacia el norte y pasando fuera de Cabo San Lucas llegó al norte de Monterey  en el verano de 1579.

 

Después de carenar su navío, Drake volvió al cabo de Buena Esperanza sin más incidentes, pero sus conocimientos del comercio español en el pacifico le quito su principal sistema de defensa: el secreto.

 

 Debido al peligro potencial de un ataque al galeón, ya que además de Drake, se había reportado la llegada de piratas holandeses llamados por los españoles “los Pichilingues”,  como Mahu, Von Noort, Spilbergen, y probablemente mas corsarios de otros países,   el rey Felipe II mandó a Francisco Gali en 1584 a explorar las costas californianas en busca de un puerto de refugio.

 

Sin éxito y con la muerte repentina de Gali, Pedro de Unamuno en una segunda expedición partió de filipinas llegando a la región de monterey  y  prosiguiendo hacia el sur entró en una niebla espesa y pasó de largo en Cabo San Lucas, en Mazatlán recibió noticias de naves inglesas por lo que  continuó directo a Acapulco.

 

Aunque las nieblas protegieron a Unamuno, el Galeon de Santa Ana, no gozó de tanta suerte.

Zarpando de Plymouth en Julio de 1586, Thomas de Cavendish, habia entrado al pacifico por el estrecho de Magallanes en 1587 y subió por la costa sudamericana atacando los puertos y buques españoles. El 24 de octubre a bordo del Content y el Desire, llegó al puerto de Cabo San Lucas para esperar al galeón.

 

 

El 14 de Noviembre, el Santa Ana bajo el mando de Sebastián Rodríguez Cermeño, alcanzó Cabo San Lucas. El desiré y el Content  atacaron el navío cuando dobló el cabo, y por falta de artillería fue obligado a rendirse. Después de haber transferido el botín, de ahorcar al padre Juan de Almendariz, y de poner a los españoles en tierra, los ingleses prendieron fuego al galeón y se marcharon. Alzola, Cermeño y los demás supervivientes consiguieron salvar el casco y después de reparar el velamen, el 21 de Diciembre continuaron para Nueva España.

 

 

 

 

El desastre del Santa Ana, demostró la necesidad urgente de un puerto de refugio para el galeón. El capitán Sebastián Vizcaíno se encargó de  la siguiente exploración, e intentando explotar los mantos perlíferos y la colonización de la costa peninsular, el 3 de Septiembre  de 1596, Vizcaíno  alcanzó Cabo San Lucas permaneciendo durante siete días y describiendo la región y sus habitantes.

El 13 de septiembre  llegó a la bahía  de Santa Cruz siendo recibido por un grupo de guaicuras pacificos por lo que rebautizó a la bahía y la nueva colonia   como La Paz. Después de algunos meses de mala fortuna, Vizcaíno emprende el regreso a la Nueva España pero proponiendo un nuevo viaje a la California.

 

En este viaje, Vizcaíno describe a Cabo San Lucas así:

 

 

“La tierra es arenisca, cálida, en extremo áspera y muy doblada. Arboleda, río, ni fuente no hay alguna, porque, como todo es arena, las lluvias se embeben en ella y vienen por debajo de la tierra a desfilarse en la mar (…) Los animales que hay son venados muy grandes, liebres y conejos muchísimos; las aves son faisanes pequeños, perdices, cuervos, gaviotas y alcatraces. Las montañas son peladas y en el monte no hay sino espinos y pitahayas y otros arbolillos sin fruta”.

 

 

5 de Mayo de 1602 emprende el regreso a la península con la misión y el único fin de demarcar con precisión la costa de California desde Cabo San Lucas hasta Cabo Mendocino. Vizcaíno llaga a Cabo San Lucas el 15 de Junio donde permanece hasta el 5 de Julio debido a vientos contrarios.  Esta demora le permite a Vizcaíno y al cosmógrafo Gerónimo Martín Palacios elaborar el primer plano detallado de Cabo San Lucas.

 

Fray Antonio expuso los valores de California y recomendó la colonización de la península  con el establecimiento de una misión carmelita conjuntamente con un pueblo civil en  Cabo San Lucas.

 

La primera población se puede hacer en el cabo de San Lucas y punta de California, que es puesto acomodado y mas cercano, pues desde las islas de Mazatlán hasta allí hay 50 leguas de travesía deste mar roxo: está allí una buena bahía que haze buen puerto, y hay allí muchos yndios pacíficos  y mansos: dos lagunas, una de mui buena agua dulce  otra de salada, donde entra el agua de la mar quando hay tormenta y del sueste(…) en esta bahia hay infinito género de peces muy buenos y sanos, y muchos ostiones de perlas ricas que los yndios las bucean con facilidad: en la punta que hace la tierra sobre el mar se puede fabricar una muy buena fuerza para defensa y amparo de aquel puesto,  y de los que allí se congregaren: aquí puede ser la plaza de armas y el puesto donde ha de ser el principal trato y comunicación”.

 

Aunque  las sugerencias de Fray Antonio no fueron aceptadas, continuaron las expediciones de pesca de perlas al golfo y de 1632 a 1636 Francisco de Ortega exploró desde Cabo San Lucas hasta la isla de San Lorenzo.

 

A pesar de los esfuerzos de tantos expertos navegantes, la península permanecía sin colonizar, y  como último esfuerzo se emitió una real cedula para establecer una misión peninsular por la compañía de Jesús.

 

Desde 1683 hasta 1685 el almirante Isidro de Atondo y el padre Eusebio Kino, sostuvieron la misión de San Bruno y exploraron la sierra de la giganta, incluyendo una expedición hasta el litoral del pacifico en busca de un puerto de escala para el Galeón en bahía Magdalena.

 

Por problemas de abastecimiento San Bruno fue abandonado pero sirvió de respaldo para la misión permanente que establecería en Loreto el padre Salvatierra, dando un nuevo ímpetu a la expansión de las misiones y la búsqueda de un puerto de refugio para el galeón.

 

Aunque el movimiento de las misiones hacia el sur de la península fue lento, la región de Cabo San Lucas permaneció como un sitio de importancia para los ingleses quienes esperaban repetir la hazaña de Cavendish.

En 1709 Woodes Rogers entró a Cabo San Lucas   a bordo de el "Duque" y el "Duches" y  tomó el galeón de "Nuestra Señora de La Encarnación"  y el "Desengaño", pero fue rechazado cuatro días después por el "Begonia".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al salir de San Lucas, Rogers hizo las primeras descripciones extranjeras del lugar y su gente, muy detalladas por lo que se consideran un aporte etnológico muy valioso.

 

 

La entrada al puerto se reconoce por cuatro rocas altas (…) las dos más al oeste tienen la forma de panes de azúcar. La mas interior tiene un arco como un puente, por el cual pasa la mar

 

Otro corsario inglés que llegó al cabo en 1721. George Shelvocke: Complementó y corrigió estas descripciones:

“Los hombres son altos, rectos y bien formados, tienen brazos muy grandes y cabello negro, grueso y mal cuidado, que no alcanza los muslos como ha reportado un navegante anterior en su viaje, ni apenas hasta los hombros. Las mujeres son de una talla más pequeña, sus cabellos mas largos que los de los hombres y en algunos casos casi cubren sus caras. Algunos de ambos sexos tienen buen aspecto, aunque de un color mas oscuro que otros indios que he visto en estos mares, siendo del color de cobre oscuro”.“… el lector puede concluir razonablemente que no pueden ser mas salvajes. Pero hay mucha diferencia entre lo que uno pensaría, a primera vista, de ellos y lo que verdaderamente son: porque por todo lo que podía observar de su comportamiento entre uno y otro y hacia nosotros, son dotados con toda la humanidad imaginable, y puede que darían vergüenza a algunas naciones…. Porque durante toda nuestra estancia allá constantemente entre tantos centenares de ellos, no percibimos mas que la perfecta armonía; cuando uno de nosotros le regalaba algo comestible a uno de ellos en particular, siempre lo dividía en tantas partes como gente había alrededor y normalmente reservaba la parte mas pequeña para él…”

 

 

 

 

A pesar de la llegada de tantos navegantes a esta bahía, Cabo San Lucas permaneció despoblado  principalmente debido a la falta de fondos  y misioneros jesuitas.

 

Con la construcción del primer barco en California, con madera californiana, la balandra “El triunfo de la cruz”, por el padre Juan de Ugarte en 1719 y la fundación de Nuestra Señora del Pilar de La Paz por Ugarte y los padres Clemente Guillén y Jaime Bravo en noviembre de 1720, se inició la entrada a la región del Cabo.

 

En un informe del padre Nicolás Tamaral en 1730 sobre las misiones del sur, hace notar  la necesidad de un faro para el galeón de Manila:

 

 

“hay ya cruces en las rancherías, en la de Anikán, Cabo San Lucas, pusimos una harto grande, que es una palma alta, encima del cerro mas alto que forma el puerto de San Lucas, para que desde lejos pueda ser vista por los navegantes filipinos”. (Aquí se refería muy probablemente al cerro del vigía)

 

 

Esta cruz podría considerarse un precursor del faro, pero  pasarían casi dos siglos antes de que Cabo San Lucas contara con un faro de verdad.

 

En 1732, el galeón de Manila recibió permiso para hacer escala en la península si era necesario. Por eso en 1734, Jerónimo Montero  y su tripulación destrozada por el escorbuto, fondearon a sotavento en Cabo San Lucas y los pericúes avisaron al padre Tamaral quien los trasladó a San José donde recibieron tratamiento. Además, Tamaral le proveyó al galeón  cien corderos y cerdos, cuarenta reses, frutas, verduras y aves de caza.  Quienes estaban demasiado enfermos para continuar el viaje se quedaron en la misión hasta restablecerse y después enviados  hacia Nueva España, vía La Paz.

 

 A pesar del éxito de este primer abastecimiento del galeón después de casi dos siglos de navegación transpacífica, San José fue destinada para tragedia. En 1734 ocurrió la rebelión de los pericúes debido al cambio de estilo de vida impuesto por los misioneros, principalmente por la prohibición de la poligamia, resultando en los asesinatos de los padres Carranco y Tamaral.

 

La rebelión de los pericúes causó daños irreparables, la intervención militar desde el macizo continental que produjo esta rebelión, trajo nuevas enfermedades a los indígenas y para 1748 solo quedaba la sexta parte de la población pericú.

 

 Tras la expulsión de los Jesuitas en 1767, y la disminución de la población indígena en la península, los Franciscanos orientaron  la expansión de la misiones  a la alta California y  tras el desarrollo de Monterey en la alta California, para 1793  ya ni el galeón de Manila llegaba a Cabo San Lucas.

 

Por si fueran pocas las epidemias y rebeliones durante la época colonial, los principios nacionales de Los Cabos  fueron desastrosos.  El 17 de febrero de 1822 el navío chileno "Independencia" bajo el mando de William Wilkinson llegó a Cabo San Lucas.

 

 El "Independencia" y el "Araucano", que habían procedido hacia Loreto bajo el mando de Robert Simpson, fueron mandados a aguas mexicanas por el almirante Chileno Lord Thomas Cochrane, bajo el pretexto de auxiliar a los insurgentes en las guerras de independencia.

En Cabo San Lucas, Wilkinson, con las puertas de los cañones tapadas y la bandera británica izada, encontró la goleta mexicana de abastecimiento "San Francisco Javier", y al rendirse esta, izó la bandera chilena y la echó a pique. Aquella noche los chilenos marcharon a San José del Cabo, donde saquearon y quemaron el pueblo. Para evitar más daños, el 25 de Febrero, fray José Duró, reunió a los residentes y proclamó la adhesión al plan de Iguala  y la independencia mexicana.

Aparentemente esta proclamación satisfizo a los chilenos que partieron para Loreto  donde el Araucano había encontrado bastante  resistencia  de José Maria Mata  y la tropa del presidio. El episodio chileno terminó el 7 de marzo cuando ambos navíos tomaron provisiones en Guaymas y zarparon para Guayaquil.

 

Con la promulgación de la constitución de 1824  que dio forma legal a la república, la península vino a formar parte del territorio de las Californias. Estas estarían regidas por un gobernador que residiría en la alta California, auxiliado por un subgobernador con sede en Loreto. Este territorio lo dividieron en cuatro municipios: Cabo San Lucas, Loreto, Santa Gertrudis y San Pedro Mártir.

 La amenaza de la invasión norteamericana a México, se empezó a sentir en la provincia de California desde 1835, cuando el gobierno del vecino país hacia intentos sobre la cesión de la bahía de San Francisco. En 1824 Daniel Webster somete a México e Inglaterra un plan de tres puntos:

  • 1.- Adquisición de California por los Estados Unidos.

  • 2.- Pago de las reclamaciones que los ciudadanos norteamericanos presentan contra México

  • 3.- Arreglo de la disputa de límites en la región de Oregon.

Pero en 1845 James Knox Polk asume la presidencia de la unión americana, envía a su comisionado John Slidell con instrucciones de ofrecer la suma de 40 millones de dólares por la cesión de la península, pero el enviado ni siquiera es recibido por las autoridades nacionales.

 

 Ante el fracaso de las propuestas de cesión pacifica, el presidente Polk decide invadir el país en 1847 y en ese mismo año los puertos de Mulegé, La Paz y San José del Cabo son atacadas por las escuadras de guerra norteamericanas; pero solo la plaza de La Paz es entregada por el comandante militar y político Francisco Palacios Miranda. Las otras dos fueron defendidas heroicamente por patriotas de la talla de Manuel Pineda, Vicente Mejía, José Matías Romero, Jesús Avilés, Francisco Fierro, Antonio Mijares, Mauricio Castro, entre otros, que con ardor se aprestaron a la defensa.

 

Mientras estos hombres luchaban contra el enemigo, una comisión de guerra busca ayuda en Sonora, una ayuda que no llegó porque concluye la guerra con el tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado por  ambos países el 2 de febrero de 1848.  Como resultado de las negociaciones diplomáticas, Baja California siguió perteneciendo milagrosamente a la soberanía de México.

 

Willian WalkerLa invasión de la península por parte del aventurero William Walker  en 1853 fue otro intento más de separarla del país al lanzar en La Paz una proclama en la cual se declara “presidente de la república de Sonora y Baja California”, pero es atacado por Juan Manuel Pineda y ante la amenaza de la avanzada del general Manuel Márquez de León, se retira de la plaza para trasladarse al puerto de Ensenada. Después de hacer escala en San José del Cabo, se dirige a San Quintín donde es atacado por Francisco Javier del Castillo, para frustrar sus intenciones.

 

Siguiendo el orden cronológico de los sucesos peninsulares, el 29 de Septiembre de 1865 se presentó en La Paz un barco de guerra francés exigiendo adhesión al imperio de Maximiliano y puso la península bajo la bandera de aquel régimen, pero el 12 de noviembre del mismo año fue rescatada para la causa republicana por el pueblo californiano, encabezado por el Coronel Clodomiro Cota.

 

El 6 de abril de 1866 ocurrió un dramático episodio histórico en Cabo San Lucas, consistente en la captura del vapor mercante norteamericano, el John L. Stephens,  que navegaba con bandera del imperio de Maximiliano, el cual traía de San Francisco un cargamento de armas y municiones para los franceses en Mazatlán.

Esta acción causó admiración y entusiasmo entre los republicanos que combatían a los franceses en Sinaloa.

 Los hombres que más sobresalen por su espíritu republicano contra el imperio de Maximiliano, son Clodomiro Cota Márquez y el hijo preclaro de Baja California Sur, Manuel Márquez de León, que participa también en la revolución de Ayutla y la guerra de Reforma.

 

 No menos importante es la participación del patriota Ildefonso Green Ceseña, sanluqueño que toma parte activa en la misma guerra de reforma que respalda el gobierno de Juárez y a muy avanzada edad apoya con las armas la revolución constitucionalista.

 

 

 

Historia contemporánea del Faro Viejo

Algo innegable y notable en el haber de la dictadura de Porfirio Díaz, es el  hecho que procuró y obtuvo un eficacísimo sistema de comunicaciones  que ligó a las poblaciones de la  península con el exterior.

 

En 1876, extendió el servicio postal que corría desde Nueva Orleáns a Minatitlán Veracruz, cruzándolo por tierra por el istmo de Tehuantepec a Salina cruz Oaxaca y  por el pacifico, hasta San Francisco Ca.  Por medio de los vapores “Correos del Pacífico”, “Vapores de California y México y “navegación acelerada en el golfo de California”.

 

Para estos barcos de Vapor, la escala en Cabo San Lucas era Obligada.

 

En 1885  se fundaron varias compañías navieras que cubrían las rutas del sureste: “Naviera Romano y Berreteaga”, la “Compañía Mexicana de Navegación del Pacífico”, que operó de San Benito, Chiapas, a San Francisco, California, con los vapores “José Ives Limantour”, “Benito Juárez”, “Hidalgo”, “Herrerías”, “El Unión” (de Los Cabos), “Culiacán”, “Ramón Corral”, y “Pesquerías”.

 

Las empresas que realizaban viajes a los puertos mexicanos del Pacifico eran: Mala Acelerada del golfo de Cortés, Mala Inglesa, Compañía. De vapores Trasatlántica, Mala Alemana, Compañía de las Indias Occidentales y Antonio López.

 

También en 1885, se había instalado en Santa Rosalía, la compañía minera “El Boleo”,  a la que llevaban los cargueros de vapor,  algo de maquinaria y madera para construir casas desde Guaymas, San Francisco, Monterey y San Diego. Esta compañía tenía sus propios barcos, “los Korrigan”.

 

En la bahía de Pichilingue en La Paz,  existía  desde 1866 una estación carbonera de la armada Norteamericana.

 

Los recursos naturales de las islas del mar de Cortés  estaban siendo explotados industrialmente, principalmente el guano de la isla San Pedro Mártir  y la sal de Isla del Carmen, por lo que los barcos norteamericanos y japoneses transitaban constantemente por las costas del Cabo.

 

La pesca del tiburón y el atún se habían convertido en la actividad principal para los habitantes de Cabo San Lucas y aún existían algunas  armadas de perleros. Vapores, goletas, bergantines, balandras y canoas formaban parte del paisaje portuario de Cabo San Lucas.

 

Ante tal auge de actividad marítima en las aguas del Pacífico, la necesidad  de un sistema eficaz de señalización se había convertido en un asunto urgente e impostergable.

 

Fue así como en 1896, la secretaria de comunicaciones durante el gobierno de Porfirio Díaz, contrató al ingeniero naval español, Joaquín Palacios Gómez, para construir varios faros en las costas del Pacifico. Uno de los primeros en construirse seria el de Cabo Falso.

Debido al éxito de la industria minera en Santa Rosalía, la salinera en isla Del Carmen y la pesca y producción de perla en La Paz; el desarrollo económico y la actividad marítima se concentraban más en el golfo.

Sin embargo, los principios del siglo XX fueron años tensos y agitados para la costa del Pacifico.  A partir de 1902, el cónsul mexicano en San Diego empezó a reportar la salida de barcos de guerra norteamericanos con dirección de Baja California. Concretamente a la Bahía de Magdalena. Se trataba de buques–escuela de la armada norteamericana como el Adams y el Mohican, que acudían a realizar  prácticas de combate.

 

Pero no solo barcos norteamericanos llegaban a Bahía Magdalena, sino también de nacionalidad inglesa. Por lo que el 21 de Marzo de ese mismo año, el cónsul de San Diego informó a la Secretaría de Relaciones Exteriores a la vez que solicitaba instrucciones a fin de evitar que se siguieran cometiendo estos atentados.

 

Para no adoptar una postura muy radical, pues la marina norteamericana consideraba ya como suya esta bahía, y a fin de ir restringiendo gradualmente estas visitas, exigió a los barcos extranjeros que solicitaran los permisos correspondientes, en la inteligencia que no se les negarían.

 

Además, era necesario establecer una importante presencia mexicana en estas costas, así que, ese mismo año, el ingeniero Joaquín Palacios fue enviado para determinar un sitio estratégico para ese propósito, y en noviembre de 1902 quedo listo el plano del faro de Cabo Falso.

 

El 10 de marzo de 1903, el Departamento de Estado del gobierno norteamericano solicitó  permiso para que una escuadra compuesta por los barcos "New York", "Marblehead" y "Range", hicieran sus prácticas habituales en Bahía Magdalena. Permiso que les fue concedido por Porfirio Díaz.

 

Ante los continuos desmanes cometidos por los tripulantes de estos barcos, el gobierno de México intervino prohibiéndoles establecer cuarteles en tierra e izar banderas.

 

Pero como el gobierno norteamericano mostraba cada día mas interés por asegurarse el uso de esta Bahía en forma absoluta y permanente, considerándola necesaria para mantener su posición en el Pacífico, entre otras razones para estar mas cerca  de panamá, cuyo canal interoceánico estaba entonces construyéndose, inició una insistente política  de presión sobre México para obtener su traspaso.

 

La construcción del faro de Cabo Falso inició en 1904 y se concluyó a principios de 1905.  Para su inauguración se escogió una fecha que  todos los mexicanos la consideramos día de la defensa de nuestra soberanía nacional: El 5 de mayo.

 

Irónicamente, la linterna que ese día  5 de mayo de 1905 emitió su primer destello, anunciando la presencia mexicana, era de manufactura francesa.

 

The San Francisco Call y otros periódicos de los Estados Unidos, anunciaban en sus ediciones del 18 de noviembre de 1907 que se había cedido la Bahía de Magdalena a los Estados Unidos como estación naval. En la misma fecha, el subsecretario de estado del gabinete del presidente Roosevelt, confirmaba oficialmente la noticia.

 

Pero lo que se había obtenido, no fue sino un permiso para dar en uso por el término de tres años, a partir del 1 de Diciembre de 1907, para instalar ahí dos buques carboneros de 2500 toneladas cada uno, a fin de surtir de carbón a los otros barcos que fueran a hacer prácticas en ese lugar.

 

El 13 de marzo de 1908, 16 acorazados norteamericanos de un tonelaje desde 11,500 a 16000, hicieron su entrada a bahía Magdalena para hacer una gran demostración naval.

 

A partir de esa fecha un estruendo ensordecedor, que se repitió noche y día  y que prolongó su eco hasta la lejana bahía de La Paz, se apoderó de bahía Magdalena. Los acorazados se dedicaron a disparar sin cesar su artillería durante todo el tiempo que permanecieron en esas aguas.

 

Al anochecer del último día, arribó el cañonero nacional "Tampico", encargado de hacer los cumplimientos de rigor a los visitantes, pero afortunadamente, llegó tarde.

 

Antes de expirar el  permiso sobre Bahía Magdalena, México hizo gestiones para hacer desistir a los Estados Unidos de toda idea de prorrogar el plazo concedido.

 

Durante el levantamiento popular Maderista, la península no registró movimiento alguno, excepto un zafarrancho en La Paz el 7 de Julio de 1911 y una manifestación de obreros del Boleo en Santa Rosalía aprovechando la visita del vicepresidente Pino Suárez en 1912.

 

Tras  morir asesinados Madero y Pino Suárez en Febrero de 1913, en Marzo de ese mismo año comienza en el sur de la península  un núcleo de resistencia contra la usurpación de Victoriano Huerta, encabezados por el Sr. Félix Ortega.

 

La revolución constitucionalista termina en 1914, y culmina con una huelga de tipo revolucionaria protagonizada por los obreros del Boleo y comandados por el mayor Eduardo Burns, donde la soberbia compañía minera El Boleo se humilla por primera vez ante sus obreros y concede todos los puntos petitorios.

 

La lucha armada termina para la península en 1914, pero ese mismo año explota la primera guerra mundial.

 

El faro de cabo falso atestiguaría el constante patrullaje de los barcos de guerra norteamericanos por la zona, y los buques carboneros que entraban al golfo para abastecer  o abastecerse de la estación carbonera norteamericana que se encontraba en   Pichilingue, Bahía de La Paz.

 

Los barcos norteamericanos, además, seguían entrando a bahía Magdalena. El 11 de enero de 1919 el capitán de puerto de Magdalena comunicaba, por vía telegráfica, la entrada de tres submarinos y el destructor norteamericano "Beaver".

 

El 30 de marzo de 1920 encalló frente a Puerto Cortés, en isla Margarita, un submarino de la armada norteamericana, el H-11, muriendo el comandante y 8 tripulantes.

 

 El interés norteamericano por Bahía Magdalena no era exclusivamente naval, las tierras circundantes eran presa de ilegal saqueo, a partir de la anexión de la alta California en 1848, los buques mercantes de Estados Unidos comenzaron a frecuentar  las aguas Bajacalifornianas realizando actos de piratería, como la caza de ballenas, nutrias, y protegiendo filibusteros que traficaban con la orchilla que se producía en los llanos de Hiray.

 

A partir de 1915  los saqueos fueron  principalmente la almeja gigante que se cría en la isla de los manglares y los yacimientos de magnesita en isla Margarita. Este mineral lo vendían a la "Durostone Company" de San Diego California. Estos actos de saqueo desaparecieron finalmente con la instalación de una base naval mexicana en Puerto Cortés en isla Margarita en 1934.

 

En 1925 en Cabo San Lucas, una compañía norteamericana empieza la explotación del atún, realizando sus actividades por medio de una planta flotante.

 

   

 

En 1927, los hermanos  Carlos y Luis Berstein fundaron la Compañía de Productos Marinos S.A.;  que luego se integró a Empresas Rodríguez y después al grupo Elías Pando.

 

Para 1930, la aviación llega al territorio sur de la península, con la primer pista aérea en San José del Cabo para dar servicio al avión de la compañía petrolera norteamericana Ritchield, que volaba de Los Ángeles a Tijuana, Ensenada, Santa Rosalía, La Paz y San José del Cabo, para distribuir derivados del petróleo a lo largo de la península.

 

Con la expropiación del petróleo en 1938 esta compañía dejó de operar, pero las pistas establecidas servirían para dar paso a las rutas aéreas comerciales como "Transmar de Cortés", "Aerolíneas Mineras Mexicanas", "Aerovias Contreras" y "Aeronaves de México", las cuales  complementaban la comunicación marítima de la península con el exterior y, consecuentemente, el inicio de la industria turística.

 

En 1949 la ley de fomento económico del territorio sur de Baja California considera al turismo, en su artículo 5°, como necesario para el desarrollo del territorio y promueve el establecimiento de hoteles y servicios complementarios.

 

A partir  de 1955,  empresarios visionarios como Abelardo L. Rodríguez (hijo del General Abelardo  Rodríguez), y Ernesto Coppola (vicepresidente de la línea aérea Transmar de Cortés),  fundaron hermosos hoteles como Hotel Palmilla  que contaba  con su propia pista de aterrizaje y los hoteles Hacienda,  y Finisterra que compartían la antigua pista aérea de Cabo San Lucas.(**)

Estos personajes promocionaban sus hoteles ofreciendo la excelente pesca y la belleza escénica de la zona de Los Cabos.

 

En 1955 empezaron  a operar los barcos de la compañía naviera Transportes Marítimos Mexicanos, con  importantísimas rutas: San Francisco, Los Ángeles, San Diego, San José del Cabo, La Paz, Loreto, Mulegé, Santa Rosalía, Guaymas y Mazatlán que además de transportar  toda  variedad de mercancías, también traían turismo. 

 

El turismo que era en su mayor parte norteamericano y en menor proporción europeo, llegaba a la zona de los Cabos únicamente de dos formas: por mar o por aire.

 

El faro de Cabo Falso le era tan útil  al turismo náutico como al aéreo. Pues mientras a los marineros les indicaba la  proximidad a la costa de Cabo San Lucas, para los pilotos aviadores era en el día, un punto de referencia, y  de noche la única luz que les advertía el momento de empezar a bajar para aterrizar.

 

Los Cabos se convirtió pronto en el lugar favorito de los ricos y famosos de Norteamérica, y figuras como el cantante Bing Crosby, el actor  John Wayne,  el astronauta Neil Armstrong, los escritores Steinbeck  y Hemingway, y los politicos Henry Kissinger y  Eisenhower, eran entre muchos otros,  asiduos visitantes.

 

Dado el inminente cambio de vocación de Cabo San Lucas, de puerto pesquero a puerto turístico, se acelera la construcción de la carretera transpeninsular y se originan cambios con miras a ese nuevo tipo de desarrollo.

 

En 1967, el faro viejo deja de funcionar para ser sustituido por un nuevo faro de torre hexagonal,  pintada de bandas horizontales rojas y blancas. Este nuevo faro se  ubica  a  solo 1 Km. al noreste del faro original, en la cima del cerro “las hermanas”.

 

A partir de 1973 se inicia el dragado de la laguna de agua salada para convertirla en una gigantesca marina y construir hoteles a su alrededor.

 

En 1974 se da como concluida  la carretera transpeninsular y desde entonces Los Cabos empieza a contar con un nuevo tipo de turismo: el terrestre.

 

Ese mismo año se decreta al territorio sur como estado libre y soberano.

 

En julio de ese mismo año se inaugura la ruta de transbordadores de Puerto Vallarta a Cabo San Lucas.

 

En 1975 la empacadora de atún  se traslada a Puerto San Carlos por no ser compatible con la actividad Turística que predominaba para entonces.

 

 

   

 

     

A pesar de encontrarse en ruinas,  el faro viejo siguió siendo útil  al pueblo de Cabo San Lucas ya que ha servido desde entonces como un atractivo turístico. Algunas compañías, comenzaron a realizar recorridos en caballos o motocicletas todo terreno hacia este lugar.

 

Lamentablemente, estos recorridos han sido la causa principal del deterioro del Faro Viejo, ya que provocaron la erosión de la duna donde se ubica. A este deterioro se unen los efectos climáticos y actos de vandalismo.

 

Los pseudos guías de estos recorridos nunca se preocuparon por practicar medidas preventivas de conservación  ni les transmitían a sus clientes el valor histórico y  arquitectónico de este faro; tal vez por ignorancia.

 

En mayo de 1986, el faro viejo fue  incluido en el catalogo nacional de monumentos históricos del INAH con la clave 0305029 y la ficha 0004.

 

En 1996, recibió su primera restauración en un esfuerzo de las tres instancias de gobierno y la sociedad civil representadas por la asociación Yenecamú A.C.

 

En 1999, la empresa American Express, donó 40,000 dólares para efectuar una segunda restauración,  se contrataron dos custodios y se aseguró el inmueble por medio de la dirección de monumentos históricos del INAH.

 

Se colocó un cerco perimetral para evitar  el ingreso de las motocicletas y tratar de detener la erosión de la duna.

 

Se anunció también con fanfarrias la creación de un museo cartográfico en este lugar. Pero la verdad es que nunca ocurrió tal cosa.

 

En octubre de 2003, se hizo necesaria la reclamación del seguro, debido al embate de los huracanes "Marti" y "Juliette" de ese mismo año, en septiembre y octubre respectivamente.

 

Debido a su valor escénico, Cabo Falso fue escogido como locación para filmar  la película “Troya” en el 2003, se contratan más de mil extras mexicanos y deja una derrama de 25 millones de dólares para el estado.

 

Actualmente el faro se encuentra en un grado máximo de deterioro, la erosión de la duna ha dejado prácticamente en el aire las orillas del edificio, incluyendo la torre que está a punto de colapsar.

 

La utilidad del Faro Viejo consta en las bitácoras  de viajes legendarios como la expedición de Steinbeck en 1941 al mar de Cortés, los viajes de los últimos balleneros como  Charles Scammons  que después se convirtió en naturalista, y hasta en barcos extranjeros de la primera y segunda guerra mundial, pero sobre todo, en los miles de viajes de pescadores  sanluqueños para quienes la aventura era algo cotidiano.

 

Probablemente, la mas emotiva narración y  testimonio de la importancia que tenia el faro viejo para los navegantes de este mar, sea la de la novela-bitácora “la vagabunda encantada” de Dana y Ginger Lamb. Una pareja que emprendió en 1930, un viaje épico en una canoa desde San Diego California hasta el canal de panamá. Aquí cito un fragmento:

 

 

“había marcado en el mapa, “Cabo San Lucas”con una cruz, donde se suponía había un rincón turístico;  justo antes de llegar,  veríamos un faro. Una tormenta nos había alejado de la costa, remábamos de noche y empezaba a tener alucinaciones por el cansancio. Minutos antes, había visto un vaso de agua balanceándose en la proa, miraba paquetes de mis cigarros favoritos  y objetos dobles en un plano horizontal. Eso me hizo parar de remar y descansé para observar el mapa otra vez. Tallé  mis ojos y sacudí la cabeza para limpiar la vista y mi cerebro. Pero era inútil:

 

donde está esa maldita luz”,  rogué desesperado.

 

Seguí remando un rato más. El mar se había calmado y observé otra vez sobre la cubierta, esta vez vi a través de la niebla, no una, sino dos luces, una arriba de la otra. Pensando que mis ojos jugaban conmigo otra vez, desperté a Ginger:

 -¿vez una luz ahí?

-si, veo dos luces, una sobre la otra.

- No puede ser, solo hay un faro.

Ginger observó detenidamente por algunos minutos  y luego confirmó con tono paciente:

-La luz de arriba permanece encendida y la de abajo está titilando.

Ella  permaneció sentada en la proa, observando mientras yo remaba en dirección de las luces. El cielo parecía aclararse conforme nos  aproximábamos, cuando de pronto, Ginger voltea hacia mí emocionada:

-pero claro, Dana, la luz de arriba es la luna.

-la luz de abajo es el faro, puedo verlo centellear.

Gritamos alegres  y nos dejamos caer abrazados en la cubierta de la vagabunda. Después remé con nuevos bríos y desde la oscuridad, pude ver con alivio, al disiparse la niebla, como se alzaba ante nuestros ojos, el faro de Cabo Falso.

 
   

 

 
 

estoy mirando a la distancia, hasta el fin del mundo, y antes de que acabe el día llegará el final: Primero se derrumba el tiempo y luego la tierra. Las nubes se enfurecen, la tierra hierve después...  Esa es la señal, el principio del fin.”

- predicción del guardián del fin del mundo, en la película “corazón de cristal” de Werner Herzog-

 

  

 

SOBRE LOS CONSTRUCTORES

 

El proyectista, diseñador y ejecutor de la construcción del Faro de Cabo Falso fue el Ingeniero Joaquín Palacios Gómez. Originario de Madrid, España. Llegó a México con su esposa Petra Magro, originaria de Argamasilla, España y sus hijos Joaquín y Roberto.

El Ingeniero Joaquín Palacios vino a México con su madre para apoyarla en una disputa sobre una herencia.

 

Palacios Gómez, fue contratado durante el gobierno de Porfirio Díaz en la Secretaria de Comunicaciones, en la que trabajaría durante 30 años, erigiendo por todo el país distintas obras relacionadas con el transporte y la comunicación. Sus obras mas relevantes  son El Faro de Cabo Falso, por supuesto., el puente de armadura, el cual aún se encuentra en funcionamiento, y el faro de la oceánica Isla de La Pasión.

 

Alrededor de este  último faro se tejió un drama de la vida real que, Emilio “el Indio” Fernández, llevó al cine con la que seria su primer película; “La Isla de La Pasión”. Joaquín Palacios Gómez murió en  México y sus restos descansan en el Panteón español de la ciudad de México.

 

Su hijo, Joaquín Palacios Magro (1891 – 1978), lo acompañó a diferentes partes de la república y  a la edad de 14 años lo auxilió en la construcción del Faro de Cabo Falso.

 

Después de trabajar algunos años como secretario particular de Don Benito Gómez Farias, harto de los conflictos políticos en el centro de la república, específicamente de la llamada “decena trágica”, cuando victoriano Huerta dio el golpe de estado, que culminó con los asesinatos de Francisco I. Madero y el vicepresidente Pino Suárez,   llegó a Los Cabos en busca de paz en  1913 para trabajar como comerciante al lado de  Don Arturo Canseco.

 

Aquí, Palacios Magro  se casó con la cabeña  Carmen Avilés, procreando 8 hijos de reconocida probidad en la comunidad cabeña.

 

Aunque Palacios Magro no volvió a inmiscuirse en la política, su conocimiento sobre la mayor parte del país y su condición de “hombre de mundo” lo hacían objeto de consulta por muchos cabeños ilustres y sus opiniones eran valoradas por personas como como Félix Ortega, Pablo L. Martínez, Jesús Castro Agúndez, y el Profesor Carlos R. Cortéz  entre otros, estableciendo una amistad personal con muchos de ellos.

 

Varios de sus hijos son notables políticos que han dejado huella en la historia de Los Cabos. Palacios Magro se convirtió en un verdadero Cabeño y como tal, sus restos descansan en el panteón de San José del Cabo, cerca de el faro de su padre; en el fin de la tierra.

 

Para la familia Palacios, el faro viejo simboliza el inicio de la historia de esta familia en la península.

   
 

cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra  aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Pero cualquiera que oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó;  y fue grande su ruina”..............................................-Mateo 7:24-

 

HISTORIA DE SU CONSTRUCCIÓN

Cuando leí  ese pasaje bíblico “los dos cimientos” que Jesús habló en el sermón del monte, pensé en el constructor del Faro Viejo:

¿Era Joaquín Palacios un hombre insensato? ¿Por qué construyó el faro en esta duna?

Evidentemente, no lo era. La duración de más de un siglo de esta edificación en un ambiente tan hostil, comprueba que no fue obra de  una imprudencia.

 Realmente una duna no es la base mas sólida para erigir un faro, pero este era precisamente el punto mas al sur de la costa y por lo tanto un sitio estratégico, ya que desde ahí el faro podría ser visto de diferentes puntos cardinales desde el mar.

Además esta duna se encontraba muy cercana a un manantial que sería vital para la supervivencia de los guardafaros.

La crónica tradicional cuenta que el material  de construcción como tabiques, cal,  escalera, linterna etc.  llegó a Cabo San Lucas en un Barco  y se trasladó en burro  por  partes hasta Cabo Falso. Se construyó un riel con vagones como los que se utilizaban en la minería en ese tiempo, desde la cima del cerro “el rodadero”  hasta el sitio de construcción del faro para poder transportar el material a través de las dunas. Una vez trasladado el material, Joaquín Palacios utilizó estos rieles en la misma construcción.

Para darle solidez a sus cimientos, ancló a manera de pilotes,  estos rieles en la arena  formando un armazón al que adhirió las rocas formando  la base que cimentaría los muros de la torre del faro y sus anexos. Esos pilotes son lo que mantiene actualmente de pie al faro, después de  haberse erosionado la duna en un 40%. 

Los rieles también fueron utilizados a manera de vigas  para sostener el tapanco de madera de cedro rojo que forma el balcón de la torre donde se apoyaba la cámara de señales de la linterna y también para sostener el techo de las dos cisternas con que cuenta el faro. Estas cisternas se llenaban con agua de lluvia colectada por el techo y conducidas a través de una tubería de acero. Este sistema proporcionaba una gran ventaja a los guardafaros el la provisión de agua. La escalera de caracol así como la linterna eran prefabricadas, y Joaquín Palacios tuvo que esperar su llegada para construir la torre. La torre fue adaptada a la escalera de caracol y no al revés. Recordemos que en esa época la soldadura no existía, las construcciones de metal eran para ensamblarse y no podían  ser remendadas. La paredes también fueron construidas a partir de los marcos y vanos de las puertas y ventanas.

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

La linterna del faro era para su tiempo lo más sofisticado que existía en su tiempo. Funcionaba a base de petróleo con una mecha tubular que mantenía una intensidad constante y no despedía hollín.  La llama se reflejaba en una lente Fresnel, o lente dióptrico,  que era un disco de cristal central rodeado de anillos de cristal concéntricos que disminuían gradualmente en grosor a medida que se alejaban del centro. El mecanismo de la llama era rotatorio y producía un destello en cada giro del marco.  

La linterna era de manufactura y tecnología francesa y no dudo que el gobierno de Porfirio Díaz haya utilizado las relaciones que tenia con la compañía minera El Boleo para obtenerla.

El plano del faro Cabo Falso fue elaborado en dos pedazos de tela de lino de 50 x 100 cms aproximadamente,  se trata de un artístico trabajo con hermosos trazos  a carbón hechos por un dibujante llamado Juan de Dios López.  Tiene incluido dentro del mismo plano el cálculo de la torre o momentum de estabilidad hecho por Joaquín Palacios y Está firmado por el inspector de Puertos Sr. Ricardo Ortiz.

 El plano fue milagrosamente recuperado por el Ingeniero Juan Carlos Macfarland en 1976 quien trabajaba de residente de obras de puertos en Mazatlán y quien llegó a platicar con el Sr.  Lino Delgadillo, almacenista de puertos, cuando se encontraba quemando archivos viejos  en ese almacén. Cuando Macfarland vio los planos,  los salvó de ser quemados y los conservó como una reliquia.

No fue sino hasta 1985 cuando fue enviado a Cabo San Lucas a trabajar en obras de puerto, que fue invitado a cazar palomas en el cerro de Cabo Falso  y vio el faro viejo. Entonces supo que se trataba del faro del plano.

El Sr. Macfarland ha conservado en excelentes  condiciones el plano y se muestra en buena disposición de donarlos al museo de Cabo San Lucas

 

 

Descripción técnica constructiva  (1926):

El faro viejo es una recatada muestra  de un  tardío estilo neoclásico, influido por  la revolución industrial, que se caracterizaba, entre otros aspectos, por la inclusión del acero en distintas partes de los edificios,  de manera funcional u ornamental.

 Es  una edificación que consta de siete espacios a manera de alcobas separadas por un pasillo central, el cual divide las áreas en dos partes, además de la parte frontal, donde remata con la torre vigía de forma octagonal que se orienta hacia el sur.

 La cimentación es elaborada a base de piedra de arroyo, de dimensiones regulares alrededor de 40 a 60 cm., incrustadas en pilotes de acero, desplantado cobre plantilla de cal – arena. El desplante de la cimentación se realizó de manera escalonada según la topografía del lugar, salvando las dunas del lugar.

 La edificación fue elaborada a base de tabique rojo recocido en muros de dimensiones comunes 7x14x28 cm. Desplantados sobre una plancha  o plantilla de mezcla  cal – arena.

 En cuanto a la configuración de los muros del edificio, carece de estructuras de soporte horizontal, así como  vertical, característico de la época, ya que por lo robusto de los muros y los claros entre los mismos, era suficiente para poder soportar el peso propio y las cargas vivas y muertas de la losa.

 Los pisos interiores fueron elaborados sobre una base de arena a la cual se le coló una plancha de compresión de concreto elaborado en sitio, los escalones de la entrada tienen un acabado semi pulido.

El techo es de concreto armado y actúa como colector pluvial para llenar dos cisternas que se ubican una a la entrada de los anexos y otra bajo la misma torre. Esta novedosa característica, le da al edificio un valor  arquitectónico  único en su tipo con relación a la época y al lugar de su construcción. 

La torre fue construida con piedra y tabique, alcanza una altura de 10 mts 35 cms. tiene forma octagonal en el exterior y cilíndrica en el interior,  tiene alojada en su interior una escalera helicoidal con 27 peldaños de hierro vaciado, los pasamanos son de hierro dulce. Esta escalera se soporta en los muros curvos de la torre y en su estructura con pernos y remaches. Obvia decir que no tiene un solo punto de soldadura puesto que no existía en ese tiempo y armoniza de manera artesanal y funcional con el resto del conjunto. Arriba remata en un tapanco de tres metros de diámetro,  fabricado con duela de madera de cedro rojo donde se apoya la cámara de señales. El tapanco está apoyado sobre unas vigas de acero las cuales están aseguradas por sus dos extremos al muro de la torre, la cual tiene en su parte superior un área perimetral a manera de balcón de 60 cms de ancho y rodeada por una balaustrada deocho columnas de hierro fundido y dos hileras de hierro que corren paralelas y horizontalmente alrededor de la mureta.

La escalera tiene tres descansos, el primero en la base, el segundo en la cámara de servicio y el tercero en la mureta. La torre tiene dos ventanas orientadas al sur y una al norte en cada uno de los  descansos. 

La torre fue recubierta con mosaicos color rojo y las paredes de las  dependencias o anexos fueros pintadas con una lechada de cal y tierra roja. Las molduras de las ventanas, cornisas y muretas de la torre fueron pintadas de blanco con una lechada de cal sola.

 La linterna era  de forma cilíndrica de tres metros de diámetro. El material de construcción fue hierro fundido con varilla de latón para asegurar los cristales de las ventanas. En su interior contaba con una cortina que cubría durante el día el perímetro interno. La cúpula de la torre era de lámina de cobre, doble, de forma semiesférica y en su parte superior una veleta y un pararrayos. La varilla del pararrayos era de bronce de 10 metros de largo y con punta de platino. El conductor del pararrayos era un cable de tres hilos de cobre de 15 mm unido por grapas especiales y enterrado en el suelo con carbón vegetal.

El fabricante de la linterna fue el parisino  Barbier Benard Turenne.

El aparato de iluminación era un gran modelo que se clasificaba como de tercer orden, de doble cara o bivalvo con un quemador en el centro que podía ser de 3 o 4 mechas. El aparato completo giraba flotando sobre mercurio a una revolución de 8 segundos y produciendo un destello cada 4 segundos al refractarse cada cara.

El tambor dióptrico o anillo central de la lente contaba con 13 prismas concéntricos.

La maquina de rotación funcionaba con cuerda y estaba compuesta de varias ruedas dentadas con ejes horizontales y un regulador de fuerza centrifuga y un cable de acero que corría paralelamente a la torre.   

Es importante hacer notar que si bien la volumetría del edificio era simple, no se dejó de lado la ornamentación exterior: molduras sobre ventanas y puertas,  mochetas utilizadas en bordes inferiores de ventanas que realzan los vanos contra los planos verticales a través de luces y sombras, molduras vierteaguas entre el borde superior de los vanos de las ventanas y la cornisa de la coronación en el techo y el balcón de la torre, los realzados  en esquinas, los mosaicos que forraban la torre, etc. Todas esas molduras decorativas típicas de los edificios neoclásicos, muestran la vocación artística del autor. Tal vez con el propósito de recrear la vista de aquellos esforzados fareros o aquellos marineros que no tenían contacto con la civilización por  espaciados períodos.

 

Aspectos técnicos:

Nombre de la señal marítima:

Cabo Falso

Longitud de la torre:

109° 57’ 50’’

Altura de la torre:

10 metros

Orientación de la torre:

Al sur

Distancia del pleamar:

124 metros

Alcance luminoso:

10 millas náuticas.

Destellador:

Giratorio

Frecuencia de destello:

4 segundos

Color del destello:

Blanco

Lámpara:

De gas de petróleo

Señal de niebla:

No se encontró información

Distancia al  sitio postal más cercano:

8 Km. en Cabo San Lucas

Desembarcadero:

No existe por el fuerte oleaje
   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                          Al Faro Viejo

 

Resiste, viejo,

Atalaya perenne del horizonte,

Centinela insomne del sur del mar,

Fiel vigía de mirada intermitente,

Anacoreta del extremo de la tierra austral

 

Sí aguantaste, viejo,

el implacable azote del huracán,

los aguijones de la arena en vendaval,

el largo estío y el hastío de la soledad,

!Aguantarás más¡

 

Si no temiste,

al bramar del furioso mar,

ni al embate del calcinante sol,

ni a la treta del misterioso neblinar,

no temas hoy.

 

Sufrirás aún,

tierno guía de pestaña luminosa

muchos años de abandono y olvido,

y a pesar de tu labor hermosa

con desprecios serás retribuido                             

 

 

 

Ten valor ante el ultraje,

cuando la indiferencia haga su nido,

mientras el aprecio emprende el viaje,

y el saqueo haga su recorrido.

 

No sucumbas

cuando escuches la tierra temblar

y el cielo súbito oscurezca,

por ese caos que crece y que se acerca

que pisa fuerte y no conoce saciedad.

 

pues, viejo

si te rindes, o si caes vencido,

¿quién vigilará mi mar?

¿quién responderá a las estrellas su titilar?

¿quién alumbrará la ruta del pescador al regresar?

 

Resiste, viejo guardián,

no te dejes derrumbar,

los del Cabo buscaran tu fulgurar

queriendo orientación, añorando su identidad,

 perdura, Faro Viejo... y finge eternidad.

- Anónimo -

Cronología del Faro de Cabo Falso

Mayo 5 de 1602

Vizcaíno regresa a la península con el fin de demarcar la costa.  El cosmógrafo Jerónimo Martín Palacios elabora el primer plano detallado de Cabo San Lucas. Destacando la importancia de “unos médanos altos de arena blanca” (Cabo Falso), como punto de referencia.

1632

En la expedición de Francisco De Ortega, el capellán y vicario Diego de La Nava, da el nombre de “Cabo del Engaño” a este lugar.

1730

El padre Nicolás Tamaral coloca a manera de faro una cruz de palma en el cerro del vigía en Cabo San Lucas para avisar a los galeones la presencia de cristianos.

1885

Inicia el apogeo de la navegación mercantil en la península, por el desarrollo económico,  principalmente en el golfo,  la Secretaría de Comunicaciones inicia el proyecto de  establecer faros en la costa del Pacífico.

1898

Debido a la incursión de barcos de guerra norteamericanos e ingleses en la costa del pacífico de la península, la Secretaría de Comunicaciones del Gobierno de Porfirio Díaz, comienza a localizar un sitio para construir un faro. 

Marzo de 1902

La marina de Estados Unidos comienza una insistente presión política para obtener el traspaso de Bahía Magdalena y Porfirio Díaz acelera la construcción del faro

Noviembre de 1902

Queda establecido Cabo Falso como sitio y finalizado el plano para la construcción del primer faro en la costa de la península. Se adjudican 17 hectáreas como predio perteneciente

1904

Comienza la construcción del Faro Cabo Falso a cargo del ingeniero naval español, Joaquín Palacios Gomez.

Mayo 5 de 1905

La linterna del faro Cabo Falso emite su primer destello como señal de alerta pero también de  soberanía nacional.

1905 - 1967

Durante este tiempo, el faro Cabo Falso proporciona su servicio a la navegación internacional y nacional 

Marzo de 1920

La construcción recibe la primera reparación. Se resana el techo y se rodea la balaustrada de acero por una mureta de concreto

1955

Comienza la industria turística en la zona de Los Cabos en forma de aviación civil. El faro es útil también en esporádicos aterrizajes semi-nocturnos.

1967

El faro viejo es sustituido por uno nuevo que se localiza en la cima del cerro “las Hermanas”

1967-1980

El faro viejo se convierte en un sitio de excursión para los habitantes de Cabo San Lucas.

1980 -1996

El faro viejo es utilizado como atractivo turístico para recorridos a caballo y vehículos todo terreno.

1986

El faro viejo es incluido en el catalogo de monumentos históricos de Baja California Sur con la clave 0305029 y la ficha numero 0004

Marzo 31 de 1998

El ejido Cabo San Lucas “dona” un terreno de 50 x 70 metros para el faro. Esta donación no se protocoliza.

Octubre de 1996

El faro viejo recibe su primera restauración a  cargo del arquitecto Jose Manuel Castro Jordán, del INAH, con una inversión de 431,000 pesos de recursos federales, estatales y donantes privados representados por la asociación civil Yenecamú, y se prohíbe el ingreso de vehículos al faro.

Abril de 1999

El faro viejo recibe una segunda restauración con una inversión de 40,000 dólares con recursos de una donación de American Express y se contratan 2 custodios para el faro viejo 

 Diciembre de 1999

 Se elabora el presupuesto para la tercera etapa de restauración y se anuncia la conversión del faro en un museo cartográfico. Esto nunca se lleva a cabo.  

Julio 2003

Las dunas de cabo falso son escogidas para filmar las escenas de la película “Troya” dejando alrededor de 25 millones de dólares aproximadamente para el estado. Son  contratados más de mil extras mexicanos.

2004

Se conoce la situación legal del predio del faro viejo.  En una extensión ejidal las 17 hectáreas originales fueron obtenidas por el ejido y después vendidos a una desarrolladora inmobiliaria llamada Bansi S.A.

Diciembre 2004.

El INAH  retira a sus custodios y el faro viejo queda en el total desamparo de las tres instancias.

Mayo 5 2005

El faro viejo cumple un siglo de haber emitido su primer destello.

 

   

 

 

 

 

 

 

«Estoy frente al mar y en lontananza se va perdiendo el ala de una vela,

va yéndose, esfumándose, y yo también me voy perdiendo en ella.

y cuando al fin retorno por un leve resquicio de conciencia

!cuan lejos me encuentro de mi mismo¡

!que mundo más extraño me rodea¡

  ( ... )

!Oh soledad, que a fuerza de andar sola, se siente de si misma compañera¡»

- Luís Palés Matos -

Del libro: “Sudcalifornia: El Rostro de una Identidad” Castellanos editores, México 2003. de la Dra. Lorella Castorena Davis.

 

Los Guardafaros

 El faro de Cabo Falso dio origen a una nueva clase muy singular de servidores públicos en la península: Los Guardafaros. Se trató de personas a quienes el interés profesional y las circunstancias especiales, normales de la soledad y aislamiento hicieron de ellos unos verdaderos mártires al servicio de la navegación internacional.

Este oficio exigía de ellos  una entrega permanente, sacrificada y responsable, sin distinción de nacionalidad, función  o eslora de  las embarcaciones.

Cuando el aislamiento podía llegar a ser agobiante, acompañado por lo común  de necesidades y privaciones, no cabe duda que se requería de una fuerza anímica muy especial, y que decir de las esposas e hijos cuando los guardafaros tenían familia y las llevaban consigo, quienes compartían con ellos ese tiempo, haciendo mas llevadera su soledad.

Quien haya estado en las dunas de Cabo Falso un día de viento, y haya sentido los granos de arena contra sobre su piel, puede confirmar lo difícil  que puede resultar permanecer en este sitio.

No obstante el rigor que imponían tales circunstancias, casi todos los guardafaros que trabajaron en este lugar manifestaron un afecto profundo por su trabajo y por este lugar y no faltó quien decidiera por voluntad propia prolongar su estadía.

Tal fue el caso del Sr. Agustín Payén Salazar  quien  fue premiado por su desempeño como guardafaros y fue enviado en 1912  como inspector de puertos a la ciudad más moderna y pujante de ese tiempo: Santa Rosalía.

Lamentablemente sufrió los conflictos laborales de la compañía minera el Boleo y de la revolución constitucionalista en 1914 y después de haber estado preso por unas horas y con temor de haber sido fusilado, pidió su regreso a Cabo Falso, decidió que el glamour no compensaba la paz  mental y la calidad de vida que tenía en Cabo Falso.

  El resto de la vida laboral de Agustín Payén transcurrió en la paz de Cabo Falso, y algunos de sus hijos nacieron y crecieron  en el mismísimo faro.

  Otros guardafaros que dejaron huella son Rafael Sandoval, Francisco Covarrubias y  Marcos Payén Sandoval, seguramente sus descendientes deben  atesorar recuerdos y anécdotas del tiempo que vivieron en el faro viejo. 

 Los  hermanos Néstor  y  Nepomuceno Herrera fueron protagonistas de un “cambio de antorcha”.   Néstor Herrera se jubiló en 1967 al clausurarse el faro viejo y su linterna fue trasladada al faro nuevo, siendo recibida por su hermano Nepomuceno, el primer guardafaros del nuevo faro.

  Las labores cotidianas de los guardafaros se convertían en un ritual adquirido con el hábito, que consistía por ejemplo, en  prender la linterna cada noche, vigilar su correcto funcionamiento, regulando la cuerda del aparato rotatorio, calibrando sus revoluciones, reabasteciendo de petróleo la lámpara, además de un escrupuloso mantenimiento constante a la linterna y al inmueble.

  Debían permanecer alertas toda la noche y llevaban una bitácora donde registraban el estado del tiempo, embarcaciones avistadas, y otros pormenores.

  Aunque su vida estaba llena de rigores, esporádicamente se permitían cierta autoindulgencia (muy merecida) como la de una ocasión que un guardafaros desvió la luz de la linterna para cazar un venado en la cima del cerro el rodadero, o del sistema de despertador que idearon otros guardafaros para permitirse una “pestañeada” colocando una cubeta en el sistema rotatorio y que al agotarse la cuerda caía estrepitosamente por la escalera de caracol, despertándolos e indicándoles el momento de cebar la lámpara.

 Supongo, por la duración en su trabajo, que la dura  vida de estos fareros debió de contar con algún aliciente espiritual, tal vez uno de ellos, era el raro privilegio de contemplar cada mañana, desde un mismo sitio, los amaneceres y atardeceres en el mar, o acaso  el cielo estrellado de las noches claras.

 Pienso que el estado actual del faro viejo constituye una verdadera ofensa para estos esmerados guardafaros y su restauración seria el mejor tributo que pudiéramos rendir  a la memoria  de estos abnegados guardianes del fin de la tierra.

 
"Levántate Guaycura, levanta la conciencia de tu hermano,
reúne los grupos aislados, y por favor, no vuelvas a ofrecer
la tierra a quien vive cabalgando en el olvido, sino evitando
la erección de sus castillos, en las vísceras de su pueblo
- fragmento del poema levántate Guaycura, Prof. González. -
 
 libro: “Sudcalifornia: El Rostro de una Identidad” Castellanos editores, México 2003. de la Dra. Lorella Castorena Davis.

CONSERVACIÓN:

 Las razones del deterioro del edificio del faro viejo son varias:

El tiempo y la intemperie: el sitio donde se ubica el faro viejo es especialmente susceptible a la inclemencia de diferentes agentes climáticos. está totalmente abierto a los huracanes sin nada que lo proteja y  de frente al viento y la lluvia. La humedad llega en forma de neblina constantemente, la arena al ser  violentamente acarreada por el viento golpea (o golpeaba) las paredes del faro raspándolas  severamente. Quien permanezca  en las dunas en un día de viento puede confirmarlo al sentir los granos de arena como un puñado  de alfileres arrojados contra el cuerpo.  El sol es otra constante, no ha tenido nunca árboles ni nada que le proporcione sombra.

El desuso: este puede ser uno de los factores más lesivos, al no tener un uso práctico se le resta importancia y el  abandono lo  priva del mantenimiento  constante que recibe un inmueble en uso

El abuso: este ha sido el principal motivo de deterioro, ninguna autoridad controló alguna vez el flujo de visitantes, ni evitó el uso excesivo o sobre utilización del faro viejo. Jamás se exigió la capacitación de los guías responsables de los recorridos para tomar medidas preventivas de conservación o impartir  pláticas sobre su historia. En una ocasión atestigüé la visita simultánea de hasta 30 motocicletas todo terreno circulando las dunas y cometiendo todo tipo de desmanes. Este tráfico desmedido desmoronó la duna y  mató la flora que la estabiliza.

Vandalismo:  desde su abandono, el faro viejo fue objeto de saqueo de lo poco que quedó como puertas, ventanas, equipos de sirena y hasta el mecanismo de rotación de la linterna, probablemente para venderlo a coleccionistas de antigüedades o simplemente por llevarse un recuerdo de su visita al faro. En las paredes hay graffiti y  marcas en las paredes que dan testimonio de estas visitas.

Las remodelaciones: irónicamente, y a pesar del  noble propósito, las remodelaciones efectuadas en 1996 y 1999, no han resultado del todo benéficas.  Los escombros que quedaron como resultado de los trabajos de remodelación afectaron la granulación de la arena de la duna colaborando en su erosión. Se agregaron  algunos elementos totalmente anacrónicos como el vitropiso, un sistema de plomería y muebles de baño que además debilitaron la estructura del edificio.  La linterna fue ignorada por completo, sus restos yacen en la arena, ni siquiera fueron juntados, en su lugar se colocó en la torre unas mochetas que le dan la apariencia de una torre de un castillo de caricatura.

Sin ánimo de juzgar este trabajo, y repito, convencido de la buena intención, creo honestamente que los arreglos hechos al faro fueron inadecuados, superficiales y aparentes. No fueron encaminados a evitar el deterioro progresivo ni siguieron los lineamientos establecidos por organizaciones como la UNESCO en la carta de Venecia, la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas, o las normas para la restauración de faros de Nueva Escocia en Canadá por ejemplo.

La apatía de las autoridades: a pesar de haber sido incluido en el catalogo de monumentos históricos del INAH,  Hasta la fecha no se han llevado a cabo los procedimientos oficiales para decretarse como patrimonio de la nación por el ejecutivo nacional. Estos procedimientos son elaborar un anteproyecto,  levantar un acta de cabildo para solicitar la expropiación del inmueble, y en consecuencia el ejecutivo emita la declaratoria de nacionalización de bienes en el boletín oficial. Este  trámite le permitiría al faro viejo contar con la protección de la ley federal correspondiente y las organizaciones internacionales de protección como la UNESCO. También le permitiría acceder a los programas de conservación que existen para este propósito. 

Nuevas amenazas se ciernen sobre el faro viejo: Los custodios del INAH que cuidaban el faro desde 1999, Gonzalo de La Peña y Sergio Martinez,  han sido removidos y aparentemente, la custodia del faro viejo fue cedida a una desarrolladora inmobiliaria llamada Bansi S.A. que adquirió los terrenos ejidales circundantes. Al menos han bloqueado el camino que conduce al faro y registra a las personas que acceden al faro.

Esta medida luce muy extraña ya que la existencia del faro viejo representa un obstáculo para obtener los permisos de construcción  en esa zona y a los únicos que beneficia la destrucción del faro seria precisamente a ellos.

Cabo Falso reúne numerosos atributos  que lo convierten en un sitio propicio para ser convertido en un parque nacional. Sus médanos de arena  han servido históricamente como referencia geográfica por los antiguos navegantes, además de contar con las ruinas del faro viejo que es un monumento histórico conocido mundialmente, su playas circundantes se encuentran bajo proceso de ser declaradas área natural protegida debido a que son uno de los pocos sitios de anidación de la tortuga Laúd o siete filos, el reptil mas grande sobre la faz de la tierra y en mayor peligro de extinción.  Existen también vestigios arqueológicos como concheros, entierros y talleres líticos que nos hablan de los Pericúes, primeros habitantes del Cabo. El sitio ha sido utilizado por los cabeños como observatorio de las ballenas y como sitio de recreo.

Sin embargo,  esta idea se antoja utópica dados los antecedentes de falta de interés. Pero  el potencial de aprovechamiento y uso del faro viejo luce ilimitado.

La derrama económica que originó la filmación de la película de Troya demuestra el valor económico que puede tener la conservación de los espacios escénicos naturales. Esto debería ser evidente para nuestros gobernantes y para los prestadores de servicios turísticos, sin embargo,  no ocurre así. 

 Me atrevo a sugerir algunas medidas prácticas e  inmediatas de protección y uso del faro viejo mientras se determina su situación jurídica.

  • Retirar el escombro de la duna para homogenizar la granulación de la arena.

  • Reforestar la duna para ayudar a su restauración.

  • Establecer senderos para detener la erosión por tráfico de gente y proporcionar   mayor comodidad  para los visitantes. Los senderos pueden empezar desde la cima del cerro colocando troncos a manera de escalinata hasta el faro.

  • Recoger las partes de la linterna y balaustrada que yacen en la arena y aplicarles algún convertidor catalítico de herrumbre.

  • Promover tours orientados con guías preparados y cuidando la capacidad de carga del inmueble. Esto puede constituir una entrada de fondos que sirvan para el mantenimiento.

  • Colocar información técnica e histórica sobre el faro a la entrada.

  • Colocar una placa en el acantilado señalando el sitio exacto del final de la península.

  • Los habitáculos del faro pueden servir cada uno como sala de exposición para diversos temas que pueden ser, cartografía de la antigua California, historia de la navegación, historia de los faros, poesía alusiva a la navegación y a los faros, fotos antiguas de Cabo San Lucas, historia de San Lucas etc. Es decir, convertirlo en un museo verdadero que eduque realmente y ayude a valorar nuestra historia.

  • Promover mediante una sesión de cabildo la nacionalización del inmueble

Una vez aplicadas estas medidas se puede proceder a buscar fondos para una restauración mas profunda que proteja la estructura del edificio e incluya la colocación de la linterna, ya que, un faro sin linterna deja de ser un faro.

EPÍLOGO

En 1967, El faro viejo apagó su linterna,  cual si fuera la llama de su vida, para no volver a encender su luz. De esa forma  cerró una historia de muchos años de abnegado y discreto, pero valioso servicio a la navegación del Pacífico. Una historia de lucha, de soledad y sacrificios, de barcos de vapor y de veleros, de rudos pescadores

Al ser sustituido por un   moderno  faro de linterna eléctrica, dio paso a otra historia, una historia de desarrollo,  glamour y suntuosidad, de pesca deportiva,  lujosos yates y grandes cruceros. Pero después de todo, la misma historia de intervención extranjera y problemas de soberanía nacional.

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«No sucumbas,

cuando escuches la tierra temblar

y el cielo súbito oscurezca,

por ese caos que crece y que se acerca,

que pisa fuerte y no conoce saciedad.»

 

El faro viejo representa para los habitantes de Baja California Sur, un enlace con su pasado, es un símbolo de la antigua navegación y    nos  habla de los orígenes de su pueblo.

Además de ser construido para dar un servicio, también tenía  el propósito de establecer presencia  nacional en nuestras costas; esa debe ser la misma razón por la cual debamos emprender su rescate.

El estado en que se encuentra el faro viejo es lamentable, y me parece una metáfora de la realidad actual que vive Cabo San Lucas. Un mundo de identidad difusa y de valores deteriorados  donde se rinde culto a la artificialidad y se menosprecia lo auténtico.

El pueblo de Cabo San Lucas ha sido como el faro, un simple testigo de un desarrollo que acontece frente a él, sin propiciarlo ni protagonizarlo.  Contempla  con resignación esos cambios como una fuerza extraña que lo arrastra, que no alcanza a comprender  del todo y se hallan fuera de su control.

Los desarrollos turísticos han transformado la belleza natural del  desierto junto al mar, para convertirlo en verdes campos de golf, que riegan con un agua que no tenemos y que no son otra cosa sino una aberración, como diría un conocido arquitecto; una agresión a la naturaleza disfrazada de verde.

Promocionan la belleza escénica, pero construyen grandes edificios que bloquean la vista del paisaje.

Ofrecen buena pesca, pero construyen marinas en las lagunas donde naces los peces y principia la cadena alimenticia.

Ofrecen descanso y tranquilidad, pero los visitantes encuentran  vendedores insistentes que los acosan en las calles y playas.

Los visitantes huyen de las ciudades para descansar en nuestro sitio, pero aquí encuentran otra ciudad con un tráfico terrible, altos edificios  y grandes centros comerciales.

Presumen de la hospitalidad y calidez mexicana, pero cuando el visitante llega encuentra letreros en inglés y empresas transnacionales de hot dogs y hamburguesas, con empleados que fingen una  amabilidad sistemática y esbozan una mecánica sonrisa.

Nuestros jóvenes se han alejado del mar a pesar de vivir junto a él. Ya no son en su mayoría los grandes nadadores y buceadores que fueron nuestros padres, desconocen los trucos de la pesca  y los principios básicos de navegación. Sus aficiones son iguales a las de cualquier chico de una gran ciudad,  el cine y los videojuegos.

Para mitigar su calor ya no van a la playa, sino que  acuden a un espacio cerrado con aire acondicionado.

¿Qué queda del Cabo San Lucas original?,  son realmente pocos los vestigios de aquel Cabo San Lucas mexicano, aquel que pertenecía a los cabeños, aquel Cabo San Lucas de los pescadores.

El Faro Viejo es tal vez el último reducto de esos recuerdos. 

Hemos permitido que la mayor parte de la costa o al menos los mejores rincones hayan sido obtenidos por extranjeros, poniendo en riesgo nuestra soberanía nacional.

Hemos convertido a Cabo San Lucas en un sitio completamente diferente al que motivó su desarrollo, y consecuentemente, ahuyentamos al turismo que apreciaba a  Los Cabos tal como era y comenzamos a atraer a otro tipo de turismo, menos culto.

Ha sido como tener una rara perla negra en nuestras manos, y la pintamos de dorado para que pareciera una cuenta de oro. Convertimos algo especial en una cosa común y corriente; también bella pero falsa.

A pesar de su actual esplendor, el camino que lleva Cabo San Lucas es igual al de aquellos otros destinos que actualmente se encuentran en decadencia.

Es urgente tomar conciencia y  emprender acciones para la preservación de nuestro patrimonio cultural y natural. 

La rebelión de los pericúes que terminó con la vida de los padres Nicolás Tamaral y Carranco, nos demuestra que las imposiciones de un cambio cultural de un pueblo, puede resultar  dolorosa tanto  para quienes la sufren como para los portadores de ese cambio. La invasión poblacional,  el despojo de sus playas y áreas de recreo, así como de sus símbolos de identidad, han herido a los cabeños. Nuestros gobernantes deben advertir eso y tomar medidas inmediatas para no exceder los límites de tolerancia  y prevenir una “segunda rebelión pericú”. Quienes ignoran la historia corren el peligro de repetirla.

El faro viejo ha sido siempre y es aún considerado como patrimonio de todos los cabeños, tan tácita  ha sido esta apreciación que nunca se creyó necesaria su regularización ni se pensó  que pudiera ser enajenada por algún particular.

Haber incluido el predio del faro viejo dentro de la expansión del ejido se trata sin duda de un grave error de repartición agraria que debe ser corregido de inmediato.

El rescate y la conservación de Cabo Falso y el Faro Viejo  puede constituir un elemento educativo para las futuras generaciones, un sitio de interés turístico autentico, diferente y adicional  para los visitantes. Es una gran oportunidad para la industria turística de Los Cabos de atraer un segmento de mercado perdido para Los Cabos: el ecoturismo.

Es también una gran oportunidad para los cabeños de reforzar su identidad, y sobre todo la dignidad del Faro Viejo.

«...Resiste, viejo guardián,

no te dejes derrumbar,

los del Cabo buscarán tu fulgurar

queriendo orientación, añorando su identidad,

 perdura, Faro Viejo... y finge eternidad.»

“al final, solo conservaremos aquello que amamos, solo amaremos aquello que conocemos, y solo conoceremos aquello que se nos muestra”

                            - Bouba Dioum. Conservacionista senegalés.-

APÉNDICE:  Carta de Venecia, 1964

UNESCO

 Portadores de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos permanecen en la vida presente como testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, las considera como un patrimonio común, y pensando en las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su conservación. Es su deber trasmitirlas con toda la riqueza de su autenticidad.

Es, por lo tanto, esencial que los principios que deben presidir la conservación y la restauración de los monumentos, sean elaborados en común y formulados en un plano internacional, aun dejando a cada nación el cuidado de asegurar su aplicación  en el marco de su propia cultura y de sus tradiciones.

Al dar  una expresión inicial a estos principios fundamentales, la carta de Atenas de 1931, ha contribuido al desarrollo de un amplio movimiento internacional, que ha traducido principalmente en varios documentos nacionales, en la actividad del ICOM (consejo internacional de museos) y de la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación, ciencia y cultura) y en la creación a través de esta última, del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y Restauración de los Bienes Culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico se han dirigido hacia problemas cada vez más complejos y más ricos en matices y ahora parece llegado el momento de volver a examinar los principios de Atenas, con el fin de profundizarlos y dotarlos de mayor alcance en un nuevo documento.

En consecuencia, el Segundo Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos reunidos en Venecia del 25 al 31 de Mayo de 1964, han aprobado el texto siguiente:

 DEFINICIONES

 Articulo 1.- la noción del monumento histórico comprende tanto la creación arquitectónica aislada como el sitio urbano o rural que ofrece el testimonio de una civilización particular, de una fase significativa de la evolución, o de un suceso histórico, se refiere no solamente a las grandes creaciones sino a las obras modestas que han adquirido con el tiempo un significado cultural.

Articulo 2.- la restauración y la conservación   de los monumentos es una disciplina que requiere la colaboración de todas las ciencias y de todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y a la salvaguardia del patrimonio cultural.

 Objetivos:

 Articulo 3.- la conservación y la restauración de los monumentos tienen como objetivo salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histórico.

Artículo 4.- la conservación de los monumentos impone en primer  lugar un cuidado permanente de los mismos.

Articulo 5.- la conservación de los monumentos se beneficia siempre con la dedicación de estos a un fin útil a la sociedad; esta dedicación es pues deseable, pero no puede ni debe alterar la disposición a la decoración de los edificios. Es dentro de estos límites donde se deben concebir y se pueden autorizar los arreglos exigidos por la evolución de los usos y las costumbres.

Articulo 6.- la conservación de un monumento implica la de un marco a su escala. Cuando el entorno tradicional subsiste, este será conservado, y toda construcción nueva, toda destrucción y todo arreglo que pudieran alterar las relaciones de los volúmenes y de los colores, deben ser prohibidos.

Articulo 7.- el monumento es inseparable de la historia de la cual es testigo, y también del medio en el que está situado. Por lo tanto el desplazamiento de todo o parte de un monumento no puede ser tolerado mas que cuando la salvaguarda del mismo lo exija o bien cuando razones de un gran interés nacional o internacional lo justifiquen.

Articulo 8.- los elementos de escultura, pintura o decoración que formen parte integrante del monumento no pueden ser separados del mismo mas que cuando esta medida sea la única capaz de asegurar su conservación.

Articulo 9.- la restauración es una operación que debe guardar un carácter excepcional. Tiene como fin  conservar y revelar los valores estéticos  e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto hacia la sustancia antigua y los documentos auténticos.

Se detiene allí donde comienza la hipótesis; mas allá todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas dependerá de la composición arquitectónica y llevará el sello o la marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida  y acompañada por un estudio arqueológico e histórico del monumento.

Articulo 10.- cuando las técnicas tradicionales son inadecuadas, la consolidación de un monumento puede asegurarse apelando a las mas modernas técnicas de conservación y de construcción cuya eficacia haya sido demostrada por datos científicos y garantizada por la experiencia.

Articulo 11.- las aportaciones válidas de todas las épocas en la edificación de un monumento debe respetarse, ya que la unidad de estilo no es un fin por alcanzar en el curso de una restauración. Cuando un edificio posea varias etapas de construcción superpuestas, la liberación de una de estas partes subyacentes no se justifica mas que excepcionalmente, y a condición de que los elementos eliminados no presenten mas que poco interés, que la composición traída a la luz constituya un testimonio de alto valor histórico, arqueológico o estético y que su estado de conservación sea considerado suficiente, el juicio sobre el valor de los elementos involucrados  y la decisión sobre las eliminaciones por realizar no pueden depender  tan solo del autor del proyecto.

Articulo 12.- los elementos destinados a reemplazar las partes faltantes deben integrarse armónicamente en el conjunto, distinguiéndose al mismo tiempo  de las partes originales, con el fin de que la restauración no falsifique el documento de arte y de historia.

Articulo 13.- los agregados no pueden ser tolerados más que en la medida en que respeten todas las partes interesantes del edificio, el entorno tradicional, el equilibrio de su composición y sus relaciones con el medio ambiente.

Articulo 14.- los sitios monumentales deben ser objeto de cuidados especiales con el fin de salvaguardar su integridad y asegurar su saneamiento, su arreglo y su valorización  que se efectúen en ellos deben inspirarse en los principios enunciados en los artículos precedentes.

Articulo 15.- los trabajos de excavación deben realizarse conforme a normas científicas y a la “recomendación que define los principios internacionales para aplicarse en materia de excavación arqueológica”, adoptada por la UNESCO  en 1956. el acondicionamiento de las ruinas y las medidas necesarias para la conservación y la protección permanente de los elementos arquitectónicos y de los objetos descubiertos, deberán ser aseguradas. Se tomarán además todas las precauciones con el fin de facilitar la comprensión del monumento sacado a la luz, sin desnaturalizar nunca su significado. Todo trabajo de reconstrucción deberá, sin embargo, excluirse a priori; solamente la anastilosis, es decir la recomposición de las partes existentes pero desmembradas, puede tomarse en cuenta. Los elementos de integración serán siempre reconocibles y representarán el mínimo necesario para asegurar las condiciones de conservación del monumento y restablecer la continuidad de las formas.

Articulo 16.- los trabajos de conservación, de restauración y de excavación estarán siempre acompañados por una documentación precisa constituida por informes y reportes analíticos y  criticas ilustradas por dibujos y fotografías;  todas las fases de los trabajos de liberación, de consolidación, de recomposición, de integración, así como los elementos técnicos y formales identificados a lo largo de los trabajos, deberán ser consignados. Esta documentación se depositará en los archivos de un organismo público y estará a disposición de los investigadores; además se recomienda su publicación.

Fuentes de consulta:

Impresa:

Michael Mathes, Andrés Cota Sandoval. “La Importancia de Cabo San Lucas” Fonapaz, BCS, 1976.

Miguel León Portilla. “Cartografía y Crónicas de la antigua California”. UNAM México, D.F. 2001

Pablo L. Martínez. “Historia de Baja California”. Editorial Baja California. Primera edición. México, 1956.
Fernando Jordán. “El Otro México, biografía de Baja California”. UABC. México, 1997
Pablo L. Martínez. “Guía familiar de Baja California”. Editorial Baja California, México DF, 1965.
Mateo Martinic, Julio Fernández. “Faros del Estrecho de Magallanes” la prensa austral, Chile 1994.
Miguel del Barco, “Historia natural y crónica de la antigua California”, Miguel León Portilla, UNAM, México, 1989.
Lorella Castorena Davis. “Sudcalifornia: el rostro de una identidad” Castellanos editores, México 2003.

Lorella Castorena Davis. “Palabras e imágenes de la ciudad y puerto de La Paz 1900-1959” COBACH, BCS, 2000.

Francisco Santiago Cruz. “La Nao de China” 1ra edición, Mexico, D.F., 1962.

Carta Topográfica Cabo San Lucas F12B54. INEGI. 2004
Francisco Javier Carballo. “La Revolución De Ortega en BCS” imprenta Reforma La Paz B.C.S. 1987

Catalogo de monumentos históricos INAH. 1986

Dana Lamb, June Cleveland. “Enchanted Vagavonds”. Berkeley Ca. USA 1930

Inédita:

«Expediente descriptivo del faro Cabo Falso», maestros Guardafaros Manuel L. Dávalos y Rodolfo C. Lazcano

Archivo de la dirección de Puertos, Faros y Marina Mercante. 1926.

«Nicolás Tamaral informa sobre las misiones del sur peninsular, año de 1730» edición preparada por Ignacio del Río.

Archivo Pablo L. Martinez. La Paz.

Archivo privado Sra. Emma Palacios Avilés. San José del Cabo B.C.S. 2005.
Archivo Privado Sra. Guillermina Touchman Payén. La Paz B.C.S. 2004.
Archivo Privado Sra. Lugarda Castro Verduzco. La Paz B.C.S. 2004.

  Asesoramiento Técnico y Testimonios:

 v     Profesor Gregorio Herrera Martínez.

 v     Ingeniero Juan Carlos Macfarland

 v     Ingeniero Saúl Verdugo Zamudio

 v     Lic. Jorge Luís Amao Manríquez

 v     Biólogo Eduardo Palacios Castro

«Última actualización 31 de Octubre 2012»

el_faroviejo@hotmail.com